Thor #13 Invasión interina
Thor #13 EE.UU - 2008 Guionista:Matt Fraction Dibujante:Doug Braithwaite
Editorial:Panini -
72 páginas - color
Precio:3,9
Los skrull han llegado a las puertas de Asgard con todo lo que ello supone tanto para los dioses como para los mortales junto a los que ahora conviven. Para poder hacer frente a ambas tareas Thor contará con la ayuda de su mejor hermano de armas: Bill Rayos Beta.
Aunque no se puede negar que J.M. Strazcynski ha conseguido insuflar nueva vida aThor y los suyos desde que pasó a ocuparse de la nueva colección, lo cierto es que el ritmo moroso de la serie (más propio de la “narrativa descomprimida” a lo Brian M. Bendis que del mejor guionista de “Spiderman” de la última década) unido a los retrasos en las fechas de entrega, han dejado un sabor un tanto agridulce en el lector. Por suerte, Matt Fraction, encargado de ocupar el hueco de J.M.S. mientras la agenda de este último se organiza, parece saber cómo tomarle el pulso al personaje y la parafernalia mitológica que le rodea. Aquí se encarga del cruce con Invasión Secreta, un mero trámite editorial que convierte en un animado relato de acción con varios elementos destacables.
Lejos de evitar la actual etapa –como en sus anteriores historias sobre el personaje- Fraction saca punta a los elementos creados por Strazcynski y les saca partido, en especial a la relación entre los asgardianos y los habitantes de ese pueblo de Oklahoma que de la noche a la mañana se encuentran conviviendo con deidades nórdicas, algo que también le sucede al propio Thor ahora que ha recuperado su dualidad con Donald Blake. El guión enfoca la acción a través de los personajes, lo que potencia la intensidad de ésta más allá del simple intercambio de golpes y explosiones. Asimismo, recupera al desaparecido Bill Rayos Beta -el Thor alienígena-, un personaje con mucho más potencial del que parece, algo que últimamente solo Mike Oeming parecía saber.
El dibujo corre a cargo del británico Doug Braithwaite, con el color aplicado directamente a los lápices, lo que les da un aspecto gastado que se adecúa perfectamente a la estética mitológica que impregna la mayor parte del argumento y las escenas de batalla sin por ello descuidar las partes mundanas del relato presentes en las escenas de Donald Blake. Ojalá todos los rellenos tuviesen tanta calidad como este.
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