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X-Men Orígenes: Lobezno Comic Digital
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X-Men Orígenes: Lobezno

El regreso de Arma-X

Un artículo de Rodrigo Arizaga Iturralde - Introducido el 04/05/2009
Era inevitable. Tras el éxito de la trilogía “X-Men”, la versión cinematográfica de los mutantes de la Marvel sigue el camino de sus homólogos de papel y da pie a toda una serie de spin-offs centrados en sus personajes más populares. Cómo no, Lobezno era el primer candidato para tal operación en este film que explora su misterioso pasado y en el que vuelve a ser encarnado por Hugh Jackman.

En su llegada a las pantallas, “X-Men” supuso un verdadero revulsivo a las películas basadas en el comic, sirviendo de pistoletazo a la posterior oleada de adaptaciones cinematográficas que aún colea. También supuso el salto a la fama de un desconocido actor australiano, contratado para el papel en el último minuto, que supo hacer suyo el personaje más complicado de la trama, el que iba a ser especialmente observado y criticado unos fans que se quedaron boquiabiertos por el trabajo de Hugh Jackman. Nueve años después, el perfecto Lobezno cinematográfico –aunque le sobren unos cuantos centímetros para el papel- se ha convertido en una de las más completas y versátiles estrellas del panorama hollywoodiense y ahora se mete por cuarta vez en la piel del mutante más famoso de Canadá, ya como protagonista absoluto.

Una perspectiva diferente


Aunque una película sobre Lobezno en solitario era una jugada segura visto el tirón del personaje en la trilogía precedente, Jackman, en su doble condición de actor estrella y productor, ha decidido correr el riesgo de dar un toque distinto al film cediendo las riendas del mismo a dos nombres alejados de este tipo de cine: el director sudafricano Gavin Hood (“Expediente Anwar”) y el novelista y guionista David Benioff (“Troya”). Fascinado por su película “Tsotsi” -Oscar 2005 a la mejor película extranjera- Jackman vio en Hood al realizador adecuado para plasmar la batalla interior del personaje entre sus lados noble y salvaje, consiguiendo así desbancar del proyecto a realizadores como Brett Ratner, Zack Snyder y Len Wiseman. Este enfoque, el de equilibrar el elemento dramático con las escenas de acción y efectos especiales más espectaculares, fue también la consigna que llevó a la contratación de Benioff, un escritor especialmente dotado para el drama como demuestran su labor en “La Ultima Noche” o “Cometas en el Cielo”.

Fan confeso del personaje, Benioff tuvo que realizar asimismo un verdadero encaje de bolillos a la hora de cuadrar el argumento de esta precuela, cuya trama principal tiene lugar unos 17 años antes que la trilogía original pero que repasa la larga trayectoria del personaje desde su niñez a mediados del S. XIX y sigue su historia a los largo de varias guerras (las dos Guerras Mundiales, Vietnam), centrándose en su rivalidad con el sanguinario Dientes de Sable (Liev Schreiber) hasta recalar en el proyecto Arma-X donde consigue su famoso esqueleto de adamantium. “Lobezno: Origen” de Paul Jenkins y Andy Kubert, “Arma-X” de Barry Windsord-Smith, “24 Horas” (“Wolverine” nº 10) de Chris Claremont y John Buscema o la etapa de Larry Hama y Marc Silvestri son las principales referencias manejadas por Benioff junto al personaje de William Stryker (Danny Huston), cuya relación con el protagonista, intuida en “X-Men 2”, vemos ahora con todo detalle.

Invitados de lujo


El film cuenta además con la aparición de numerosos personajes destacados como Silver Fox (Lynn Collins) el gran amor del protagonista, los miembros de Arma-X Maverick (Daniel Henney) y John Wraith (el músico Will.i.am), apariciones sorpresa como las de la Mole (Kevin Durand) y cameos de unos jóvenes Cíclope y Emma Frost. Pero sin duda los dos más esperados son Masacre (Ryan Reynolds) y Gambito (Taylor Kistch). El primero estuvo a punto de protagonizar su propia película en solitario –ya entonces Reynolds estaba asociado al papel-, un proyecto que podría reactivarse si el film tiene éxito, mientras que el segundo era el gran deseado por los fans, cuya aparición en “X-Men 2” y “X-Men: la Decisión Final” nunca llegó a producirse por varios motivos y que aquí se concreta en su versión juvenil.

Rodada en localizaciones de Nueva Zelanda, la película exigió una gran preparación física a sus intérpretes, superior incluso a la de films previos. Jackman quería presentar un Lobezno más salvaje que nunca, para lo cual se sometió a un intensivo entrenamiento que obligo a Liev Schreiber a emplearse a fondo para no quedarse atrás, llegando este último a ganar casi 20 kilos de musculo. Mención aparte merecen Reynolds y Kistch, que se sometieron a un intenso entrenamiento en el manejo de armas además de pasar incontables horas este último aprendiendo a manejar la baraja de cartas como un experimentado tahúr.

Pese a una post-producción problemática, el film llega a las pantallas con la intención de ser el primero de toda una serie de títulos protagonizados por los mutantes de la Marvel (no solo Lobezno) cuya viabilidad dependerá del éxito cosechado. La respuesta la tendrán las taquillas a partir del próximo 1 de Mayo.



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