Viuda Negra: Las Cosas que Dicen de Ella Cansada de ser buena
Viuda Negra: Las Cosas que Dicen de Ella Estados Unidos - 2009 Guionista:Richard K. Morgan Dibujante:Dibujo de Sean Phillips y Bill Sienkiewicz
Editorial:Panini -
144 páginas - color
Precio:12
Después del arco argumental titulado Hogar, dulce hogar, Panini nos trae una nueva aventura de la Viuda Negra recopilada en un solo tomo. Una estupenda continuación a la anterior saga, donde - Richard K. Morgan recupera los mandos de la colección de la espía excomunista como excusa para hablar de política, cinismo y miseria moral.
Si hay un autor que entienda a la Viuda Negra ese es Richard K. Morgan. Ya lo demostró en el anterior arco argumental, introduciendo al lector en una decadente Rusia prostituida por el Capitalismo, en busca de los orígenes del proyecto Viuda Negra - la versión comunista, y en femenino, del suero supersoldado, sólo que orientada más al ámbito del espionaje que al contexto superheroico -.
En esta ocasión, Natasha Romanova, tras asesinar a un importante magnate de una corporación estadounidense, se convierte en una terrorista buscada dentro y fuera de los Estados Unidos por obra y gracia del Acta Patriota. Huirá a Cuba en busca de la ayuda de una antigua némesis, Yelena Belova, ahora convertida en empresaria y modelo. No faltará la compañía de los chicos, Nick Furia y Daredevil; tampoco se quedarán fuera de escena los intereses creados por el mercado en las carnes de algún que otro espía. Todos estos personajes conjugan una historia crítica, generosa en violencia, que recuerda el vínculo de Estados Unidos con las dictaduras sudamericanas, entre otras perlas.
Pelirroja y letal
El cuerpo (y el espíritu) de Natasha Romanova ya no son los de una veinteañera. Cansada de las curvas, de la injusticia, de jugar y de que jueguen con ella, esta Viuda Negra ha decidido tomar parte y hacer política a su manera. La pelirroja concibe el presente continuo desde una perspectiva cruda, potente y extrema. Más harta que nunca de un contexto masculinizado, ha decidido repartir muerte entre los torturadores, los hipócritas, los asesinos, sin un ápice de culpa o arrepentimiento. Alabada sea.
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