Batman: Justicia Ciega El peso de la máscara
Batman: Justicia Ciega EE.UU - 1989 Guionista:Sam Hamm Dibujante:Denys Cowan
Editorial:Planeta -
168 páginas - color
Precio:15,95
Una serie de crímenes pone a Batman tras la pista de una organización que se dedica a experimentos de control mental. Cuando el rastro lleva a su propia empresa, Bruce Wayne se verá obligado a luchar por su inocencia y a rememorar un pasado que amenaza con destruir su presente.
“Return of the Dark Knight”, “La Broma Asesina”, “Año Uno” o “The Cult” fueron obras que relanzaron a Batman con un lavado de cara que aún perdura, pero en los 80 también hubo otros comic que aportaron su granito de arena. Escrito por Sam Hamm -guionista cinematográfico responsable de “Batman” (Tim Burton, 1989)- “Justicia Ciega” empieza como una simple aventura de misterio para, a partir de su segunda mitad, explorar el pasado y la personalidad del protagonista de sugerente manera. Hamm bucea en la psique de Batman mostrándonos como éste se atormenta reviviendo continuamente la muerte de sus padres para justificar e impulsar las acciones de su otra identidad, pero además repasa sus orígenes, enriqueciéndolos con aportaciones tan interesantes como la de Henri Ducard, el amoral mercenario que ayudó al joven Wayne a preparar su carrera como justiciero. Un personaje tan peligroso como astuto que, aunque poco usado por autores posteriores, calaría hondo en los lectores hasta el punto de ser percibido como parte ineludible del origen del mito. Así lo testimonia su participación en “Batman Begins” (Christoper Nolan, 2005).
Sin embargo, más allá de sus valores narrativos, el paso del tiempo ha otorgado a esta historia un curioso papel de adelantada a su tiempo: numerosos elementos del argumento ideado por Hamm, como hacer que Batman quede temporalmente impedido en una silla de ruedas y que un sustituto tenga que tomar su relevo bajo la máscara, presagian a lo que sería el grueso de las aventuras del personaje durante la primera mitad de los 90 –la saga “La Caída del Murciélago”. Incluso Quebrantahuesos, el villano de la función, se parece sospechosamente a Bane, personaje que no existiría hasta años después. La ventaja es que “Justicia Ciega” es una historia cerrada en sí misma y no una trama inútilmente estirada como el chicle a través de demasiadas colecciones.
Los lápices corren a cargo de Denys Cowan, notable dibujante cada vez más caro de ver que realizó aquí su única incursión sobre el personaje. Lo malo es que sus lápices carecen en esta ocasión de la soltura de otros trabajos debido al entintado de Dick Giordano, magnifico profesional cuya labor otorga a los lápices del Cowan una limpieza que mina en buena parte las virtudes del dibujo que le hemos visto en series como “The Question”. Pese a este hándicap, “Justicia Ciega” es una valiosa aportación que gracias a la cuidada edición de Planeta podemos recuperar con la importancia que se merece.
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