Los Mejores del mundo Contrastes clásicos
Los Mejores del mundo EE.UU - 1990 Guionista:Dave Gibbons Dibujante:Steve Rude
Editorial:Planeta -
176 páginas - color
Precio:18,95
Superman y Batman. Dos héroes muy parecidos pero de métodos y mentalidades muy diferentes. Cuando Lex Luthor y el Joker deciden intercambiar sus respectivos territorios, ambos héroes se verán obligados a ponerse en el lugar del otro. ¿Podrá cada uno estar a la altura?
Publicada a principios de los 90, esta miniserie en formato prestigio supuso el debut como guionista del dibujante Dave Gibbons. Para su estreno en estas lides, el artista británico decidió dejarse llevar por la nostalgia y realizar una historia a la antigua usanza, en un homenaje a los comics de la Edad de Oro patente desde el propio título, que recupera el de la primera cabecera en la que Superman y Batman compartieron protagonismo por vez primera.
En perfecta sintonía con dichas intenciones se alinea el apartado gráfico, a cargo de Steve Rude. El trazo limpio y elegante de “The Dude”, que podríamos enlazar con la escuela de línea clara del comic francés, ofrece una (falsa) sensación de simpleza que potencia aún más el espíritu clásico de la historia, patente desde el propio diseño de los protagonistas que recupera el estilo primigenio de sus primeras apariciones. Dignos del mismísimo Alex Toth, los lápices de Rude son una delicia asimismo por su narración fluida (la distribución de las páginas resulta llamativa por sí misma) y el detallismo de los escenarios. Sin que sirva de precedente, el formato absolute utilizado para esta edición consigue que la parte gráfica luzca incluso más espectacular, como sucede con esas dobles páginas que retratan de forma panorámica las ciudades de Metrópolis y Gotham a la caída del sol.
Lo malo es que en su intento por homenajear casi reverencialmente a los personajes y sus tradicionales encuentros, la historia suena en todo momento a ya conocida. Aunque ocasionalmente Gibbons apunta aspectos interesantes (los paralelismos casi especulares entre la galería de secundarios de Clark y Bruce) la mayoría no llegan muy lejos en su exposición (el contraste entre el sombrío Hombre Murciélago y la luminosa Metrópolis) y la trama principal carece de unidad, hasta el punto de que el tercer acto parece directamente una historia diferente. Con todo, el guión dosifica hábilmente las dosis de suspense, acción drama e incluso humor para garantizar una lectura amena que gana (muchos) enteros gracias a su acompañamiento gráfico.
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