Soy una matagigantes Titanas de carne y sueños
Soy una matagigantes Estados Unidos - 2009 Guionista:Joe Kelly Dibujante:JM Ken Niimura
Editorial:Norma -
224 páginas - bn
Precio:12
¿De qué están hechas las heroínas? Joe Kelly lo sabe y JM Ken Niimura comparte el secreto. Ambos le han dado forma a Barbara Thorson, una auténtica titana de carne y sueños, el personaje más valiente y entrañable que se ha encontrado un lector desde hace mucho, mucho tiempo.
Como bien apuntaba G.K.Chesterton, «los cuentos de hadas superan la realidad no porque nos digan que los dragones (o los gigantes) existen, sino porque nos recuerdan que estos pueden ser vencidos». Así lo entienden también Joe Kelly y JM Ken Niimura. Soy una matagigantes recoge la esencia de los cuentos crudos, tremendos y temibles, aquellos que esconden un viaje – pensad en Alicia, en Dorothy, en Wendy -, los mismos que nos recuerdan que hay que prepararse para luchar contra uno mismo, que crecer es inevitable, que las historias de las niñas perdidas nacen de las cabezas de niños grandes con ganas de salir al patio a jugar.
Joe Kelly ha creado un personaje entre dos mundos que recuerda ligeramente a la Lilo de Chris Sanders, sólo que con más mala leche y un contexto familiar menos amable. Barbara Thorson es nuestra Alicia de diez años, anticanónica y visceral, cuyo país de las maravillas esconde una realidad demasiado dolorosa como para llamarla por su nombre. La acompañan en el viaje una hermana-madre de cuestionables habilidades culinarias, una compañera de colegio de nombre bello y paciencia infinita y la psicóloga del colegio que, junto a la matona de turno llamada Taylor, se encargarán de empujar a la heroína hasta el límite para poner a prueba sus «poderes» y forzar la catarsis.
Fiel a su estilo de influencia manga, JM Ken Niimura consigue en esta obra un diseño de personajes delicioso que, junto a una narrativa fluida y dinámica, invita a que los escépticos se conviertan en fieles y los fieles en adoradores de su singular estilo de dibujo. Lejos de lo que pudiera parecer, el blanco y negro no le pasa factura a esta obra que, además, supone el salto al mercado estadounidense de Niimura. Y es que, esta primera y prometedora incursión destila realismo mágico, mitología y perdón. Una pequeña-gran joya que nadie debería dejar escapar.
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