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La Atalaya del Vigía Comic Digital

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Novela Grafica, ese término

Un artículo de Rodrigo Arizaga Iturralde - Introducido el 02/09/2009
La Atalaya del Vigía

Es común desde hace unos años oír término “Novela Gráfica” al hablar de comic. Un término pocas veces definido claramente y que de un tiempo a esta parte ha adquirido tanto entre lectores como editores -e incluso autores- un cierto cariz elitista tan absurdo como en ocasiones molesto.
Aunque existen precedentes, podría decirse que el origen de la “Novela Grafica” tuvo lugar en 1978 con la publicación de “Contrato con Dios” de Will Eisner y “Sabre” de Don McGregor y Paul Gulacy. Ambas publicaciones se diferenciaban de los cómics USA tradicionales por estar publicadas en un mayor y más lujoso formato con una historia (o historias) cerrada, temáticas dirigidas a un público más adulto y una distribución fuera del circuito de los cómics tradicionales.

Formato, distribución y mayor permisividad de contenidos. Dichas características son lo único que separa al “cómic” de la “Novela Gráfica” pero en los EE.UU de entonces, donde –salvo por el circuito underground- los cómics estaban prácticamente monopolizados por el género de los superhéroes y restringidos sin excepción por la censura del Comics Code, aquellas obras supusieron una bocanada de aire fresco. El éxito de crítica y público de aquellos primeros trabajos publicitados como “Novela Gráfica”, especialmente entre lectores ajenos al medio, supuso un verdadero acicate para las editoriales que, hambrientas de nuevos clientes, empezaron a utilizar esta nueva etiqueta para promocionar sus productos. El boom de los cómics para adultos de los años 80 –con “Maus”, “Watchmen” y “Return of the Dark Knight” a la cabeza- contribuyeron ampliamente a fomentar el fenómeno y asentar definitivamente un simple concepto de marketing como una nueva forma de creación artística.

Porque la “Novela Gráfica” no es más que eso: una simple herramienta de marketing. Una ciertamente beneficiosa que ha contribuido a que los ingresos y la atención mediática sobre el sector aumente –algo de agradecer- pero que por desgracia ha tenido la consecuencia negativa de condenar a la palabra “cómic” a soportar una absurda valoración peyorativa que desprecia todo un medio partiendo de un razonamiento erróneo. Lo peor es que algunos “iluminados” de la crítica han convertido dicho término en una suerte de ghetto elitista que relega sistemáticamente al desprecio más absoluto a todo aquello que no se circunscriba al mismo, siendo tachado como “basura comercial infantiloide” sin siquiera conocerlo. Una postura reforzada por las propias editoriales e incluso algunos autores que, publicitando sus obras bajo la etiqueta “Novela Gráfica”, buscan un plus de calidad y relevancia cara al público.

Algo que no deja de tener su gracia cuando uno comprueba que es los que muchos de dichos estetas entienden por “Novela Gráfica”. ¿Es “Spirit” inferior a “La Avenida de la Calle Dropsie”, ambas de Eisner? ¿La prosa de Neil Gaiman gana enteros cuando leemos “The Sandman” en tomos recopilatorios? ¿Pierde calidad “V de Vendeta” cuando nos enteramos de que fue publicada como serial en la revista “Warrior”? En fin, que la próxima vez que como en mi caso alguien les sorprenda refiriéndose al primer recopilatorio de “The Authority” como “Novela Gráfica”, sean comprensivos y procuren no partirse de risa delante suya.

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