Francisco Javier Maldonado

Autor de 'Ciclos'

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Web de Francisco Javier Maldonado

Cuéntanos un poco tu evolución como dibujante: cómo empezaste a dibujar, cómo prosperó el asunto hasta convertirte en dibujante/ guionista de cómic.

No sé si en eso mis comienzos fueron o no muy distintos de los de cualquier otro dibujante. Sé que desde siempre sentí la necesidad de contar historias a los demás, el formato era lo de menos. El cine y las novelas me fascinaban, pero cuando, un buen día, de crío, llegó un cómic a mis manos, probé a narrar a través de dibujos y me encantó. Era como juntar cine y literatura al mismo tiempo. Los personajes eran mis actores y dirigirlos a mi antojo era el juego más divertido al que había jugado nunca.
Un día, “el asunto” deja de ser un mero pasatiempo y se convierte en pasión. Ése es el punto sin retorno, a partir de ahí, o te conviertes en dibujante o mueres en el intento.

¿Cómo nace Studio Neo?

Cuando llegué a la triste conclusión de que no podría contar con las editoriales para difundir mis comics (¿o era que ellas habían decidido no contar conmigo?), creé este pseudo-sello con el fin de aglutinar mis futuros trabajos y, por qué no, el de otros autores excluidos con los que pudiera coincidir en el futuro.
La idea de crear una editorial (o, en su defecto, un sello que aglutinara diversos fanzines), siempre me rondó la cabeza.

¿Cómo ves el panorama actual del cómic español? ¿Qué posibilidades tiene un dibujante de cómic de ganarse la vida con ello?

Desgraciadamente, la respuesta a eso sigue estando fuera de nuestras fronteras. Hoy por hoy, los dibujantes españoles han de convertirse en emigrantes para conseguir un sueldo más o menos seguro con su arte.
Es lo que ocurre cuando en una sociedad capitalista un sector no se industrializa, que se convierte en una labor de artesanía, y por lo tanto, en una actividad poco rentable. Las editoriales españolas que han aparecido últimamente, no pueden ni se arriesgan a competir con las grandes compañías extranjeras, no ofrecen a sus autores una periodicidad o una seguridad laboral. De ahí la fuga de talentos que, en este y otros sectores como la ciencia, se ha venido sucediendo en la historia de este país.

¿Es la autoedición una alternativa viable a las grandes editoriales?

Para muchos no sólo ha sido una alternativa sino el comienzo de toda una carrera profesional. Son muchos los dibujantes profesionales que dieron sus primeros pasos en fanzines. Un fanzin tiene el potencial de ser un buen entrenamiento para futuros autores a la par que un estupendo portafolios con el que promocionarse.
Eso sí, el fanzine ha de ser convenientemente distribuido. Llegar al mayor número de lectores y editores posible. De nada sirve si se quedan guardados en una caja o si el dueño de la tienda los coloca en estanterías inaccesibles.
El problema es que el dibujante de fanzines debe además convertirse en distribuidor y vendedor, algo para lo que uno no tiene porqué estar preparado.

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