Patrulla-X #41 -43 Desde las cenizas
Patrulla-X #41 -43 Estados Unidos - 2009 Guionista:Matt Fraction, Ed Brubaker Dibujante:Greg Land
Editorial:Panini -
24 páginas - color
Precio:1,95
SFX es el nombre de esta saga en la que la Patrulla-X deberá, ante todo, aclimatarse al ritmo de vida de su nueva ciudad, San Francisco. Allí, Hada será testigo de que no todos sus ciudadanos son tan acogedores como dicen y Cíclope será testigo de una importantísima revelación que traerá cola en los próximos meses.
Más que nada, resulta reconfortante saber que no, que la Patrulla-X no está muerta. Que sus personajes no están quemados y todas sus historias contadas. Por más que los años hayan hecho pensar lo contrario. La materia prima estaba ahí y sólo faltaba un equipo artístico competente que le diese el empujoncito necesario. Ese tándem ha llegado en forma de "cuarteto de lujo" a la colección y, tras el transitorio número 500, por fin se puede afirmar con orgullo que la más importante cabecera mutante ha recuperado parte de su grandeza.
Comenzando por cómo viven, sienten y padecen los mutantes, alejados de los clichés y topicazos a los que habían sido expuestos en los últimos tiempos. Vuelven a ser una familia y, si de las 24 páginas de cada uno de los números, la mayoría transcurren entre vivencias y anécdotas de estos personajes, el cómic no echa en falta nada de acción ni pierde ni mucho menos su valor. Lo aumenta.
Cíclope por fin parece un héroe gracias a su determinación y arrojo (gracias, sr. Whedon), mientras que la presencia de varios pesos pesados (Lobezno, Rondador, Tormenta...) potencia también la importancia de esta cabecera, donde hasta las situaciones más cotidianas están narradas con cierta originalidad y viveza.
A todo esto ayuda sobremanera la perfección que alcanzan algunas viñetas de la mano de Greg Land. Su versión de Emma Frost es una de las más bellas que se han visto. Al recambio de garantías, el "voluptuoso" Terry Dodson, le disfrutaremos en el próximo número, un cómic mutante que, por fin, se va a hacer esperar. Y su cuarteto artístico (Matt Fraction muy por encima de Brubaker en los guiones) tiene toda la culpa.
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