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La Atalaya del Vigía Comic Digital
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"Un tonto y su dinero duran poco juntos, amigo mío. Cómo llegaron a juntarse, ya de entrada... Ésa sí es una buena pregunta." Jensen, The Losers #2
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El efecto pendular

Un artículo de Rodrigo Arizaga Iturralde - Introducido el 18/11/2009
La Atalaya del Vigía

El anuncio del crossover “The Siege”, con la reunión del trío vengador (Iron Man, Capitán América y Thor) tras años sin posibilidad de aparecer juntos lleva a pensar en uno de los fenómenos más curiosos dentro del género de los superhéroes. Es el llamado “efecto pendular”, según el cual todo cambio (argumental y/o estético) tramado hoy es susceptible de ser deshecho mañana por el siguiente autor o autores que suban a bordo.

Recientemente en “Invencible Iron Man”, Matt Fraction deshacía en un par de viñetas todo el trabajo de recreación del personaje llevado a cabo por Warren Ellis, “involucionando” tecnológicamente a Tony Stark y devolviendo su relación con la armadura a los patrones clásicos. También hace sólo un par de años Brian Bendis alteraba el status quo de Matt Murdock como nunca se había hecho (o quizás si ¿Alguien recuerda “Caída del Paraíso”?) forzando a Ed Brubaker a ocupar el inicio de su etapa en encontrar una manera de devolver al genio a su botella antes de poder realizar sus planes, algo que tiene trazas de repetirse a raíz de la patata caliente que Brubaker ha dejado a Andy Diggle, su sustituto en “Daredevil”. El caso más evidente de ida y vuelta reside en los X-Men, remodelados completamente por Grant Morrison y su estética de ropas de cuero negro y rosto descubierto (“al fin dejo de sentirme como un payaso”, sentenciaba Lobezno) borrada de un plumazo por Joss Whedon (“la gente confía en los superhéroes, no en los psicópatas vestidos de negro” le decían entonces a un Logan de nuevo enfundado en “licra amarilla”).

Ejemplos como estos se repiten una y otra vez si uno mira con atención: el Superman “eléctrico” de principios de los 90, Punisher volviendo a rodearse de ayudantes a lo Microchip después de que Garth Ennis le mantuviese en solitario durante años, Aquaman perdiendo y recuperando su mano, Lobezno con y sin adamantium, etc. De hecho, en algunas ocasiones este efecto pendular ha tenido lugar con tanta frecuencia que directamente bordea el ridículo: ¿Cuántas veces ha pasado Magneto de villano a héroe y viceversa? O Hulk de parecer más tonto que una piedra a ser más listo que hambre o al revés, llegando en ocasiones a hablar con monosílabos y luego soltar chistes referenciales en dos comics publicados simultaneamente. Y mejor no mentamos la maniobra de convertir a Impulso en Flash y eliminarle apenas un año después, la polémica salida y posterior reentrada del armario de Rawhide Kid o la “mefistofélica” solución para que Peter Parker recuperase la soltería. Claro que hay algún caso más que afortunado. ¿Recuerdan la época en que Punisher portaba metralletas celestiales para enfrentarse a ángeles y demonios? ¿No? Considérense con suerte.

La pregunta que servidor se hace es la siguiente: estos casos, ¿son fruto exclusivo de los autores o se deben a injerencias editoriales? Conviene tomárselo con filosofía si se trata de lo primero pero, si se trata de lo segundo, no estaría mal un aviso que nos permita saber cuándo nos van a contar algo importante de verdad y cuando se trata de una flor de un día. Se evitarían numerosos berrinches entre el fandom.

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