Resetee, por favor
Estaba hecho. Tras la desigual “Spiderman 3” y los insistentes rumores de cambios, Sam Raimi firmaba para ocuparse de una cuarta película del arácnido, y con él los principales intérpretes de la trilogía. Se desechaba el guión previsto por los productores a favor de otro supervisado por Raimi y ya se hablaba seriamente de nuevos personajes como el Buitre y la Gata Negra. Y justo entonces todo salta por los aires. Raimi se queda fuera y con él, su guión y reparto. Tras sólo tres películas y ocho años de existencia, el Spiderman cinematográfico será reseteado no ya con un cambio total de reparto y equipo, sino como historia. Y es que el comunicado de prensa que señalaba lo anterior también anunciaba la “vuelta al instituto de Peter Parker” en esa futura entrega prevista para 2011.
Esta noticia sirve para reflexionar no sólo de la pertinencia de ese reinicio de Spiderman (¿el equivalente al “One More Day”?), sino sobre que otras adaptaciones podrían o deberían pasar por el mismo proceso. Sin duda el caso más similar al de Spiderman sea el del Batman cinematográfico, notablemente inaugurado por Tim Burton para luego ser hundido en la miseria por el tándem Joel Schumacher/Akiva Goldsman. Cuando Christopher Nolan se hizo cargo, su plan incluía un reinicio total -más por necesidad que por capricho- debido al destrozo anterior. En esa ocasión, cortar lazos con los precedentes supuso una bendición que culminó con el beneplácito de crítica y público. Sin embargo, la memoria y las comparaciones están ahí, en la mente del espectador, y aunque sean malas no siempre juegan a favor.
Es el caso de Bryan Singer y “Superman Returns”, intento de reflotar al Hombre de Acero cinematográfico que, en lugar de apostar por nuevas perspectivas, se convirtió en un ejercicio de nostalgia del film de Richard Donner sin mucho que aportar salvo los lazos con el original. Curiosamente, Singer acaba de firmar para realizar “X-Men Origins: First Class”, reinicio de la saga que él mismo creó y que le pone en la situación de escapar de su propia sombra. Un camino contrario fue la opción de los productores de “El Increible Hulk”, donde se optó por dar la espalda al “Hulk” de Ang Lee, mostrando al gigante verde el mayor tiempo posible y apostando por la acción continua en lugar de centrarse en Bruce Banner y el drama. Irónicamente, las muchas de las voces contrarias al film de Lee pasaron a apoyarlo tras ver el reinicio. Y es que, por mucho que digan, el cliente no siempre tiene la razón. Ahí está Punisher, que tras tres adaptaciones en tábula rasa sigue sin cosechar el éxito.
Puestos a resetear completamente una saga cinematográfica (no sólo pasa en comic: sobre la mesa están futuros reboots de “Robocop” y “Mad Max”) hay de todo: desde nuevas versiones que motivadas por cuestiones empresariales -como ese reinicio de los 4 Fantásticos que prepara Fox para poder conservar los derechos- a aquellos que obedecen al vergonzoso aprovechamiento inicial de un personaje, siendo el caso de “Daredevil” o “Ghost Rider” de ese tuercebotas llamado Mark Steven Johnson. Por pedir, servidor suplica -exige más bien- un reboot de “Constantine” ambientado en Londres, sin metralletas sagradas (sic), un protagonista que no parezca salido de “El Sexto Sentido”, un Chas Chandler que no sea un abofeteable aprendiz de brujo adolescente y un cheque por la cantidad que Paul Bettany pida para interpretar al protagonista. Puestos a reciclar material, en lugar de esforzarse mínimamente en crear algo nuevo, hagamos las cosas bien.
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