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Midnight Nation
No sorprende la semejanza de los doce capítulos de la obra a los de una hipotética serie televisiva, pues Straczynski proviene del medio audiovisual, para el que ha creado la serie de culto Babylon 5 y ha participado en otras de menor calado como Jeremiah, también en calidad de productor. Su prestigio se ha dejado notar igualmente en el terreno de las novelas de terror y en la escritura de guiones de cine, de donde destaca el guión de El Intercambio, la multipremiada película dirigida por Clint Eastwood.
Si bien comenzó escribiendo cómics a finales de los ochenta en algunos números sueltos de DC, su éxito en este medio vino de la mano de Rising Stars para el sello Top Cow de Image. Este título sobre el nacimiento de un grupo de niños superpoderosos le valió la creación de una líena propia dentro de Image, Joe's Comics.
Tintes místicos y religiosos
Pero el contrato en exclusiva que firmó con Marvel a principios de siglo dejó huérfano un sello que apenas había acogido a Midnight Nation y a la aún inédita en nuestro país Delicate Creatures. Desde 2001 hasta la actualidad la relación entre Joe y Marvel ha generado una aclamada larga estancia en Amazing Spider-Man, no exenta de polémicas, así como una etapa al frente de Los 4 Fantásticos y otros títulos como Supreme Power, Los Doce, Bullet Points o el efectivo relanzamiento de la cabecera de Thor.
Predomina en el estilo narrativo de Straczynski la utilización de un personaje sobre cuyo punto de vista y voz interna pivotan el resto de tramas. Es así en Amazing Spider-Man con Peter Parker, en Los 4 Fantásticos con Reed Richards y en menor medida La Cosa y por descontado es David Grey, cuya voz sirve de hilo conductor en Midnight Nation. Viajamos a su lado, descubriendo al mismo tiempo que lo hace él la magnitud de las fuerzas que pugnan por su alma, aunque en última instancia sea él quien tiene que apelar a su condición humana y a sus sentimientos para tomar la decisión más adecuada, aunque esta suponga sacrificar y condenar su existencia producto de un acto de amor.
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 Predomina en el estilo narrativo de Straczynski la utilización de un personaje sobre cuyo punto de vista y voz interna pivotan el resto de tramas. |
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Son los tintes cuasi místicos y religiosos los que a medida que la obra se acerca a su conclusión van ganando en importancia, desplazando el tono inicial de intriga policíaca y de cuento de terror. La odisea de David a través de América desemboca en una confrontación ideológica entre el bien y el mal, el cielo y el infierno.
Plasmando los guiones de Strac se encuentra Gary Frank, con entintado de Johnathan Sibal, Jason Gorder y Jay Leisten, mientras que el coloreado corre a cargo de Matt Milla.
Un dibujante a la altura
Recién salido de la serie de creación propia Kin, Gary ya se encuentra perfectamente curtido para afrontar el dibujo de cualquier serie de primera línea. Su trazo limpio y cargado de expresividad en torno a los personajes consigue trasladarnos las sensaciones de David, Laurel y el resto de pasajeros de esta búsqueda en doce entregas. Anteriormente le habíamos visto junto a Peter David en sendas recordadas etapas de Hulk y Supergirl, las cuales dejaron un agradable poso en los aficionados. Volvería a unirse al creador de Babylon 5 en Supreme Power, y de ahí volvería a DC a tiempo de dibujar a Superman con Geoff Johns de co-piloto.
Existe una historia corta publicada por la revista Wizard e ilustrada por Michael Zulli (Sandman), el Midnight Nation ½. Es un relato que no afecta a la trama principal pero que Straczynski aprovecha para ahondar un poco más en las rendijas por las que caen las ideas perdidas.
La edición de la serie en un tomo integral por parte de Norma Editorial embellece la edición anterior en capítulos unitarios de Planeta y nos acerca Midnight Nation en un volumen que podemos situar sin desentonar junto a los libros de Stephen King que tengamos en casa.
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