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La fiebre del tomo
Examinando hace poco los estantes de mi librería habitual, servidor cayó en la cuenta de la gran cantidad de cómics Marvel reeditados en tomo cuya primera edición en grapa es relativamente reciente. En concreto la apuesta de Panini por la línea Marvel Deluxe, compañera y ahora sustituta del formato BOME. A diferencia de la linea Marvel Gold o de las reediciones en tomo de Planeta, Marvel Deluxe vuelve a presentar al público material fácil de encontrar en su edición original y cada vez con una celeridad mayor. Eventos como “Dinastia de M”, y series como "Nuevos Vengadores" de Bendis, el "Capitán América" de Brubaker, "Astonishing X-Men"… material con tirón gracias al renombre y buen hacer de sus autores que se convierte en una pieza solicitada por los lectores que no supieron o no pudieron subirse al carro la primera vez y que ahora tiene la oportunidad de recuperar ese material sin tener que rastrearlo numero a número.
Nada que objetar a esa maniobra, que asimismo añade un atractivo extra a esos trabajos, especialmente de cara a aquellos lectores profanos a los que eso de “rebajarse” a comprar un cómic les da alergia, pero un tomo, que puede ser publicitado como “novela gráfica” –termino abominable donde los haya-, les facilita probar aquello de lo que han sabido de oídas o por vía indirecta. Es algo que repercute positivamente en las ventas y evita el mercado de segunda mano, lleno de oportunidades pero también de abusos. Lo anterior nada tiene de novedoso excepto por un término: “reciente”.
Esa proximidad cada vez mayor entre la edición estándar de una serie y su posterior recopilación en tomo responde a intereses económicos y nace a imitación del mercado americano, donde todo arco argumental o miniserie de cierta repercusión tiene disponible –a veces en varias ediciones- su correspondiente recopilación en tomo a los pocos meses de su final. Algo que ha acostumbrado a los yanquis a obviar la serie regular y esperar al correspondiente tomo, haciendo que las ventas de una serie regular y su edición en tomos presenten una diferencia notable, algo especialmente visible en la línea Vértigo de DC. Esto a su vez ha llegado a condicionar el propio trabajo de los autores, “influenciados” por la editorial para que la duración de una historia la disponga sus posibilidades de edición en tomo y no el propio argumento.
El caso es que Panini parece buscar así implementar una forma de consumo yanqui a los lectores autóctonos –como lo intentó con las infames “Ediciones Especiales"- hasta el punto de que son muchos los que antes de adquirir una nueva serie o seguir tal evento ya empiezan a plantearse esperar al tomo. Y esto no sólo pasa en el comic USA. Reediciones lujosas de mangas recientes como “Monster”, “Rurouni Kenshin” o “Slamdundk” y atractivas ediciones integrales de series europeas como la aplicada por Glenat para “El Triangulo Secreto” también empiezan a ser moneda frecuente. Incluso hay casos como los como “La Torre Oscura”, en los que ambas ediciones corren en paralelo sin relación editorial alguna entre sí, descolocando al lector.
Y ése es el problema. Si el lector no sabe cuando y como debe comprarse una serie, esos beneficios se convierten en perdidas y sin una base de publicación mensual, ¿cómo se espera sostener una edición en tomos cada X meses? Visto que la implantación de la doble edición parece marchar cada vez con paso más firme, no estaría mal informar al lector de las posibles maniobras a realizar cara a que pueda ajustar su presupuesto. El beneficio seria tanto para el que vende como para el que compra.
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