Coincidencias editoriales
Cerrad los ojos –metafóricamente- e imaginad a uno de los personajes más antiguos y populares del género de los superhéroes. Desde hace unos años vive una de sus etapas más aclamadas gracias a la labor de uno de los guionistas más mimados por crítica y público. Un guionista caracterizado por obras ajenas a los superhéroes pero que cada vez que se ha acercado a ese género lo ha hecho con resultados dignos de alabanza.
Plantearos ahora que dicho guionista ha decidido echar mano de la vasta continuidad del personaje y traer de vuelta argumentos olvidados varias décadas atrás. La intención es construir una trama que, vista en frío, suena ridícula pero gracias a la pericia del escritor y su capacidad para dotarle de una sensibilidad moderna no sólo encaja, sino que incluso es percibida como lógica e inevitable.
Suponed que a continuación en el camino de la serie se cruza un gran crossover. Uno de esos que cambian de arriba abajo el universo de ficción del personaje. Aprovechando el mismo el guionista se saca de la manga una sorpresa inesperada: matar a su protagonista. No es la primera vez que algo así ocurre. Ya se hizo algo parecido en los 90. Pero en esta ocasión los lectores tienen ante sí la prueba irrefutable de un cadáver seriamente dañado. La narración del funeral se realiza en un proyecto especial a cargo de un guionista ajeno pero bien considerado por la editorial. A continuación el protagonismo se desvía al joven alumno del héroe, que asume la identidad de su compañero muerto y logra, contra todo pronóstico, establecerse frente al lector como una alternativa válida pese a imponerse los lógicos cambios de estilo tanto en lo estético como en la forma de ser del personaje. Pongamos ahora que, una vez establecido firmemente un sustituto, el autor decide recuperar al personaje original. Un personaje que no estaba muerto –pese al cadáver- sino atrapado en la corriente temporal, atravesando épocas pasadas que permiten al escritor repasar la continuidad hasta que finalmente consigue devolver al personaje al presente y a la vida. ¿El siguiente bloque argumental? Plantear quien debería seguir ocupando el manto del héroe. El original o su capaz sustituto.
Volved a leer el texto anterior y ahora contestadme: ¿De qué serie estoy hablando? ¿Del "Capitán América" de Ed Brubaker? ¿O del "Batman" de Grant Morrison? Cuesta distinguirlo. ¿verdad? No se trata de insinuar un plagio, pero lo cierto es que visto desde la distancia resulta cuanto menos curioso cómo dos historias a priori tan distintas –la calidad está en los pequeños detalles se suele decir- resultan tener tantos puntos en común, casi como si siguiesen un único patrón. Ambas son historias magníficas (aunque el trabajo de Morrison se resiente por el continuo baile de dibujantes, frente a la continuidad gráfica que acompaña el de Brubaker) y como tal deben disfrutarse gracias a dos autores demasiado sobrados de talento como para creerles capaces de una burda imitación. Pero vistas en paralelo el lector mínimamente despierto no puede evitar pensar ¿Qué fue antes? ¿El huevo o la gallina?, ¿El escudo o el murciélago?
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