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Tras la pista de los cómics perdidos
Abril de 2010 parece ser el mes de los milagros para los lectores de cómic de largo recorrido. Por si no fuera poco la publicación de “Cerebus” en otro idioma, un vistazo al catalogo “Previews” más reciente nos deleita con la reedición del especial “Superman vs Muhammad Ali”, cómic realizado por Neal Adams en los años 70 y que constituye uno de los mejores trabajos de la carrera del dibujante. Un trabajo que ha visto reforzado su aureola de prestigio gracias en buena parte a los numerosos problemas legales que impidieron su reedición durante décadas.
Esto nos lleva a pensar en algunos de esos trabajos que han conseguido un lugar destacado en la historia del cómic más por lo que se ha hablado y oído de ellos que por sus valores intrínsecos. Se trata de títulos inaccesibles debido a serias barreras legales –el citado trabajo de Adams- o bien debido a que nunca llegaron a realizarse por completo. Empezando por el mercado español, una serie emblemática como “El Guerrero del Antifaz” vio frustrada tras la muerte de su Manuel Gago tanto la publicación de nuevas aventuras como la reedición de material antiguo debido a problemas de derechos entre sus herederos y los de los editores. La incompleta adaptación al comic –la única de la que se tiene constancia en todo el mundo- de “El Señor de los Anillos” de Luis Bermejo en 1979 la tercera entrega de “Black Deker” de Fernando de Felipe son algunas de las aportaciones patrias a un compendio de inauditos que sólo en la imaginación –o en la biblioteca de Lucién concebida por Neil Gaiman- son accesibles.
Hablando de Gaiman, el autor británico arrastra dos proyectos inconclusos: el serial sobre el asesino victoriano “Sweeney Tood” y su etapa en “Miracleman”, atrapada durante años en un limbo de demandas judiciales –Marvel, actual poseedora del personaje, sigue sin pronunciarse- que impiden comprobar si su trabajo está a la altura del de Alan Moore. Precisamente, Moore tiene su propia obra inacabada de título “Big Numbers”. Retrato múltiple sobre los habitantes de un pequeño pueblo inglés llamado a ser su opus magna narrativa, sólo se publicaron dos números de la docena prevista por problemas económicos y artísticos. Por no mencionar su megacrossover “El crepúsculo de los superhéroes”, que no pasó de una mera propuesta argumental debido al enfado entre Moore y DC. En el cómic franco-belga se encuentran casos como la aventura de Blake y Mortimer “Las tres fórmulas del profesor Sato”, que la muerte de su autor dejó sin final hasta que Bob de Moor pudo concluirla en 1990. No sucedió lo mismo con “Tintín y el arte Alfa”, reducido a un guión y una pila de bocetos debido al fallecimiento de Hergé y su decisión de que nadie retomase al personaje tras su muerte –aunque circulan por ahí una edición pirata completada por Yves Rodier-. Algo parecido sucedió con “Blueberry”: Jean-Michel Charlier llegó a redactar una completa cronología del personaje –publicada en el álbum “Balada por un ataúd”- que aún está por ver si sus sucesores respetarán, llevando a preguntarnos por lo que es y lo que pudo haber sido.
La nunca publicada adaptación de la serie de TV “El Prisionero” por Jack Kirby, aquel cómic sobre Robin Hood que Barry Windsor-Smith dibujó a principios de los 80 –unas 200 páginas que jamás han visto la luz- o el “Hulk” de Peter Bagge (este parece que, aunque tarde y mal, sí se publicará) son sólo unos pocos ejemplos de comics que nunca llegaron a ser y que hacen babear ante lo que supuestamente podría haber sido. Quizás el paso del tiempo –y el acuerdo entre las partes- nos permita llegar algún día llegar a averiguarlo.
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