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X-Men: Infernus La secuela de Inferno
X-Men: Infernus EEUU - 2010 Guionista:C.B. Cebulski Dibujante:Giuseppe Camuncoli
Editorial:Panini -
112 páginas - color
Precio:10,5
Coloso se enfrenta a Cíclope para que ponga en marcha el rescate de su hermana Illyana, atrapada en el limbo infernal.
De vez en cuando algún viejo título de cómics corre peligro de provocar una pérdida de derechos del mismo si la editorial lleva mucho tiempo sin utilizarlo. Éste es el motivo por el que se relancen serie que creíamos extintas desde hace muchos años, como ya ha sucedido un par de veces con los Nuevos Mutantes.
Después de una miniserie con el reparto original y otra regular con una nueva remesa de mutantes jóvenes, los Nuevos Mutantes de siempre regresan en el tercer volumen de la cabecera.
Pero para poder hacer efectiva esta innecesaria vuelta atrás (hace tiempo que estos personajes dejaron de ser nuevos y su enfoque actual tampoco lo es) era preciso un paso previo, la recuperación de un personaje tan querido y esencial para el grupo como es Illyana Rasputin.
La pequeña hermana de Coloso murió a consecuencia del Virus del Legado, una enfermedad diseñada en laboratorio para exterminar a las filas del Homo Superior.
El propio Coloso, con la muerte de su hermana en la mente, se sacrificó para hacer viable la cura que dio por finalizada la amenaza del virus.
De todos modos como todo en la franquicia mutante, es cuestión de tiempo el que los muertos regresen, por eso no fue del todo sorprendente que Joss Whedon hurgase en la tumba de Coloso y le devolviese a la actividad cotidiana del Universo Marvel.
Ahora le llega el turno a su hermana, y su resurrección se tramita gracias a sus lazos con el Limbo, la dimensión infernal atestada de demonios a la que está ligada su alma.
Harto de saber que su hermana se encuentra atrapada en ese lugar, Coloso le exige a Cíclope que busquen una manera de rescatar a su hermana, algo que ya han intentado pero sin éxito. Casualidades de la vida, Magik acaba regresando por si sola, para reclamar como suya la Espada-alma que había enterrado en el interior de uno de los hombres-x.
Lo que podría haberse convertido en un gran evento de la familia-x queda reducido a cuatro números escritos sin tacha por el ex-editor C.B. Cebulski, quien suele redactar historias con mucho oficio y conocimiento de la continuidad. También realiza una gran labor el dibujante Giuseppe Camuncoli, porque a su habilidad con los personajes jóvenes se suma una sorprendentemente acertada representación del entorno demoniaco.
Es de agradecer que esta secuela de Inferno no haya sido explotada en forma de macroevento. Los fans de los mutantes agradecerán el regreso de la añorada copito de nieve, aunque la espada que empuña nos recuerde que hace mucho que ya perdió la inocencia.
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