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La Atalaya del Vigía Comic Digital
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Vértigo o la política del asilamiento

Un artículo de Rodrigo Arizaga Iturralde - Introducido el 14/07/2010
La Atalaya del Vigía

La noticia de que Muerte de los Eternos piensa darse un garbeo por la colección de Superman ha hecho saltar las alarmas entre aficionados y comentaristas en torno a lo que puede ser el final de una regla no escrita: la separación estricta entre el Universo DC tradicional y la línea Vértigo.

Visto en perspectiva cuesta entender el shock que esto parece haber provocado. Y es que aunque muchos no puedan –o quieran- recordarlo, la línea Vértigo ES parte del universo DC tradicional. La Cosa del Pantano de Alan Moore, señalada por muchos como el origen de la misma, era capaz de incluir a personajes como Batman, Adam Strange, Deadman, Demon o los Green Lantern Corps sin perjuicio alguno. La JLA, Arkham Asylum, y varios personajes de la JSA –el Sandman clásico, Lyta Hall- tuvieron su papel en el Sandman de Neil Gaiman. John Constantine se cruzaba regularmente con personajes como El Espectro, el Fantasma Desconocido o Zatanna. Personajes superheroicos como Animal Man, la Doom Patrol, Orquidea Negra o Kid Eternity fueron asimismo los protagonistas de los inicios de Vértigo y nadie se quejó de que fueran superhéroes. Revisiones -que no reinvenciones- de clásicos olvidados del universo DC como Blanco Humano, El As Enemigo, El Soldado Desconocido, Jonah Hex o Madame Xanadu encontraron su hueco en el nuevo sello sin que nadie se escandalizase.

Cierto que con la creación oficial de la línea en 1993 y la posterior política de derechos de autor Vértigo pasó a desarrollar una especie de autarquía, reduciendo al mínimo los lazos entre sus series y especialmente en lo referido a la DC tradicional. Aun así, si uno busca, encuentra entre otras cosas la aparición de Daniel -el nuevo Sadman- en la JLA de Grant Morrison, a John Constantine como secundario en un especial de Zatanna o al Fantasma Desconocido apareciendo en Hellblazer al mismo tiempo que en series de superhéroes. Eso por no mencionar personajes afincados en Vértigo devueltos a la continuidad tradicional como Animal Man, Kid Eternity o un par de miembros de la JSA. ¿Por qué ahora se crea toda esta polémica y no entonces?
La respuesta tiene un nombre: Dan Didio. La idea de que el polémico editor en jefe eche mano de estos personajes para alguna de sus maniobras de marketing -muertes, resurrecciones y reescrituras de la continuidad varias vengan o no a cuento- provoca que el lector piense en lo peor. Frente al proteccionismo de Karen Berger, capaz de cancelar una serie millonaria como Sandman por respeto al autor, esta supuesta política editorial se adivinaría como una burda manipulación de los personajes e historias en favor del dinero fácil. No es que cruzar Vértigo con la DC tradicional sea malo. Los ejemplos arriba expuestos así lo confirman. El problema es que el abuso de esto desvirtúe el tono de unos personajes e historias que ya poco o nada tienen que ver con el mundo de Superman, Green Lantern y cia. Para ver cosas como John Constantine empuñando una metralleta sagrada (sic) ya tuvimos bastante con la película de Keanu Reeves. Eso por no mencionar que a buen seguro pasarían a estar sometidos a la tiranía de crossovers como la enésima Crisis de turno. La esperanza está en que si finalmente ocurriese tal cosa Geoff Johns -nuevo jefe creativo de la editorial- sabría torear esta situación manteniendo un mínimo de dignidad.


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