Daredevil: Noir Cuanto más cambian las cosas…
Daredevil: Noir EE.UU. - 2009 Guionista:Alex Irvine Dibujante:Tomm Coker
Editorial:Panini -
112 páginas - color
Precio:10,95
Nueva York, años 30. Matt Murdock es un joven ciego dotado de extraordinarias habilidades que trabaja para el detective privado Franklyn Nelson. Una atractiva y misteriosa cliente contrata sus servicios para realizar un sencillo trabajo. Es el inicio de una historia que implicará a la mafia, un peligroso asesino apodado Bullseye y el propio violento pasado del protagonista.
Dentro de las miniseries de la línea Marvel Noir, posiblemente ésta sea la más extraña. La visión de los principales iconos editoriales dentro de la ambientación del policiaco más clásico ha ofrecido hasta la fecha curiosas versiones de Spiderman y los X-Men. En el caso de Daredevil esta versión noir destaca por redundante. Al igual que sucede con Batman, Daredevil siempre ha sido un personajes mucho más cercano al suspense policiaco que a la fantasía superheroica. Las recientes etapas de Brian Bendis y Ed Brubaker son el perfecto ejemplo. De hecho, la labor del dibujante Tomm Coker fácilmente podría intercambiarse con la realizada por Alex Maleev o Michel Lark en la serie regular. El juego con las sombras y las texturas, la sórdida ambientación urbana o el tono de thriller que desprenden las páginas son las mismas. Únicamente el disfraz del personaje –de estilo más cirquense- diferencia gráficamente a esta miniserie del registro habitual del personaje.
Argumentalmente el guión del novelista Alex Irvine busca hacer hincapié en la ambientación de la novela y el cine negro clásicos –con un guiño a Gangs of New York (2002) en las páginas finales- pero el retrato de los personajes y sus relaciones es básicamente el mismo. La personalidad torturada del protagonista, su relación con Kingpin y Foggy o el recuerdo de su padre no distan mucho de lo que ya conocemos. Pese a ello Irvine consigue dar vida propia a ciertos matices al protagonista. El retrato de cómo Murdock depende de sus sentidos y como empieza a dudar de ellos son la prueba de que el autor le tiene bien cogida la medida al personaje. Quizás el único cambio destacable (y la gran sorpresa del relato) sea la particular versión de Bullseye que el escritor se saca de la manga. Un sólido trabajo a la hora de desarrollar el personaje y sus sombras son la principal baza de este comic junto al oscuro estilo grafico de Coker, dibujante pasado al cine que últimamente parece estar volviendo por su fueros.
No es lo más logrado que la línea Marvel Noir ha dado hasta la fecha, pero ante la actual sequia de novedades del Hombre sin Miedo el presente tomo resulta de lo más apetecible.
|
|
|