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Y: El Último Hombre

Un artículo de Jaime de Mora - Introducido el 30/08/2010

En 2002 dos nuevas series irrumpieron con fuerza en el catálogo Vertigo de la editora Karen Berger, Fábulas e Y-El Último Hombre. El sello adulto de DC adolecía desde hacía tiempo de un título emblemático que abanderase el prestigio y calidad del que casi siempre ha hecho gala. A falta de una, fueron estas dos cabeceras las que insuflaron una corriente de interés a la línea y tomaron el relevo de colecciones tan importantes como Sandman, Predicador o la sempiterna Hellblazer.

Mientras que Bill Willingham fundamentaba su mundo de fábulas en magia y fantasía, Vaughn, el joven guionista oriundo de Cleveland sentó las bases de su historia en una tragicomedia con ciencia ficción apocalíptica de fondo.

Con apenas un par de puñados de guiones publicados aquí y allá en series de segunda fila como Ka-Zar o La Cosa del Pantano y en números de relleno de Batman o Green Lantern, Vaughan presentó la propuesta de serie limitada que evolucionaría en la exitosa Y-El Último Hombre de 60 capítulos de duración, viendo la luz el último episodio el primer mes de 2008.

Yorick Brown, el veinteañero que cuya inicial contiene el título, es junto a su mono capuchino Ampersand (es decir &) el único mamífero de género masculino que sigue vivo tras la eclosión de una misteriosa plaga que ha eliminado repentinamente la presencia de los machos en el planeta.

Vaughan inicia en este punto un estudio de la sociedad femenina tras la desaparición de la mitad de la población, del proceso de adaptación de las mujeres a un mundo que por primera vez es completamente suyo, sin la pierna del hombre zancadilleando sus avances. De esta observación del mundo tras la catástrofe somos testigos de excepción gracias al largo viaje de Yorick, Ampersand y las dos chicas que les acompañan, de tanta importancia en la trama como ellos mismos.

Por un lado la agente secreto 355, encargada de custodiar el chico en el viaje que persigue el doble objetivo de encontrar a su novia Beth y de conducirle a un laboratorio que permita averiguar como utilizarle para repoblar el planeta. Por el otro la Doctora Mann, una científico japonesa de gran intelecto que se ha propuesto descubrir el origen de la plaga y la solución a la misma.

‘Supongo que hay algunas similitudes entre Yorick y yo, pero él es guapo e independiente, mientras que yo soy una especie de gul introvertido. Aunque espero ser menos irritante y suicida que é"l, ha afirmado Vaughan sobre su obra.

En el camino del cuarteto se cruzarán distintas facciones dispuestas a sacar adelante sus propios intereses. La secta de las Amazonas que emplean su fanatismo para erradicar todo existente del hombre y en cuyas filas milita la hermana del protagonista, el gobierno israelí tomado por la militar Alter Tse'elon en su cruzada por capturar a Yorick, la ejecutiva estadounidense con la madre del muchacho intentando recuperarle, etc.