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La Atalaya del Vigía Comic Digital
REVISTA ESPECIALIZADA EN CÓMIC
"A veces te despiertas; otras, la caída te mata. Y en ocasiones, cuando caes desde muy alto, puedes volar." Todd Faber / The Sandman (Fear of Fanning)
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Cosmos Marvel

Un artículo de Rodrigo Arizaga Iturralde - Introducido el 15/09/2010
La Atalaya del Vigía

Entre tanta guerra civil y mundial (con Hulk), invasión secreta, reinado oscuro y demás podría parecer que en Marvel no se preocupan del resto de su universo editorial. Aunque los mutantes siguen gozando de sus propios eventos –Complejo Mesías, Necrosha-, los crossovers de la última década parecían ignorar a otro tipo de personajes. Y digo parecían porque, sin hacer tanto ruido, en el último lustro la parte cósmica de Marvel se ha ido haciendo un hueco destacado a gran velocidad.

Habría que remontarse a inicios de la década de 1990 y el regreso de Jim Starlin a Marvel para encontrar tal periodo de esplendor espacial. El relanzamiento de Silver Surfer y la recuperación de personajes como Adam Warlock y Thanos propició el inicio de toda una línea editorial coronada por varios crossovers multitudinarios (la Trilogía del Infinito). Dicha línea acabaría desinflándose por cansancio o dejadez de sus autores y fue barrida por la crisis del mercado directo de mediados de dicha década. Ya en la Marvel de los 2000, Starlin hizo un fugaz retorno a sus personajes que pasó con más pena que gloria. Por eso, y por la mayor atención de la cúpula editorial hacia otros campos –Marvel Knights, la línea Ultimate, la franquicia vengadora-, la llegada de Keith Giffen para relanzar la parte cósmica de Marvel fue recibida casi como una operación de reciclaje sin interés.

Aniquilación cambió todo eso. Tomando prestados elementos y formulas editoriales de DC, Giffen –famoso por su labor en la Legión de Superhéroes- reformuló el status quo de cosmos Marvel en una vibrante historia que recuperaba, liquidaba y/o cambiaba radicalmente a varios históricos de la editorial. Personajes como Thanos, Silver Surfer, Starlord y Nova volvían así a primera línea. De entre ellos Nova fue el más beneficiado, obteniendo cabecera propia tras varios años de olvido.
Pero ésta era solo la primera sorpresa del nuevo cosmos Marvel. El dúo Dan Abnett & Andy Lanning (responsables también de una memorable etapa de la Legión, ¿casualidad?), guionistas de la citada serie de Nova pasaban a ocupar el puesto de Giffen como gran vertebrador cósmico con una secuela de Aniquilación. Lo que en principio parecía una repetición formularía resultó ser una historia fresca, que seguía la línea renovadora previa. Cambios radicales, revalorización de personajes, (¡Mapache Cohete, por el amor de Dios!) uso inteligente de la continuidad y las dosis adecuadas de acción, humor y drama fueron la receta de empleada por ambos cronistas. Nova primero y los Guardianes de la Galaxia después son los títulos con los que mes a mes ambos autores van ganando terreno en las preferencias de los lectores. ¿Cómo? Pues no recurriendo a grandes trucos editoriales, ni teniendo el refuerzo de grandes hot artist. Solamente realizando buenas historias. Puede que sus series jamás tengan la repercusión ni el éxito de un Bendis o un Millar, pero difícilmente el lector que decida darles una oportunidad saldrá decepcionado.

Tal es la pericia de Abnett y Lanning que son capaces de coger cabos sueltos ajenos sin apenas desarrollo ni conexión (Invasión Secreta, los X-Men de Brubaker) y realizar una sólida historia como Guerra de Reyes que se ajusta sin problemas a sus planes futuros (ese The Thanos Imperative que asoma en el horizonte). Así, lejos de los grandes focos pero cerca de las buenas historias, es donde está actualmente la Marvel galáctica. Sólo cabe esperar que dure y sepan explotarla con mimo en lugar de quemarla como ya sucedió en los 90.


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