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Jonathan Hickman: la nueva sensación de Marvel
Gracias a Panini los lectores españoles estamos teniendo en los últimos meses la oportunidad de disfrutar la práctica totalidad de la obra de uno de los guionistas más ascendentes dentro de la industria del cómic USA. Y no sólo por sus trabajos para Marvel, sino mediante la recuperación de otras obras ajenas al género superheroico.
Formado como diseñador gráfico, Jonathan Hickman empezó a hacerse notar con la publicación para Image de El Informativo Nocturno. Título y autor desconocidos, lo más llamativo de la obra era su peculiar grafismo, con un trazo minimalista combinado con efectos digitales que le daba un original aspecto. Pero, como descubrieron aquellos que se atrevieron a probar picados por la curiosidad, lo más interesante acababa siendo el guión. Ciencia-ficción, conspiraciones, crítica social y una interesante reflexión sobre el papel de los medios de comunicación eran los elementos con los que jugaba el autor. Unos elementos que pronto de desvelarían como parte de su estilo narrativo.
Sus siguientes trabajos, también para Image, le confirmarían como uno de los autores a seguir en el género de la ciencia-ficción: Pax Romana (una historia de viajes en el tiempo sobre un batallón del futuro enviado a la antigua roma por el Vaticano) y Réquiem por Marte (sobre las visicitudes de una invasión extraterrestre). Ya en esta última, Hickman comienza a delegar la parte gráfica en otros autores, pasando a afianzarse como guionista. Una transición bastante común en algunos autores recientes provenientes del mundo independiente como Brian Wood o Brian Michael Bendis. La mención a este último no es casual, pues fue el encargado de introducir a nuestro protagonista en Marvel.
Con una agenda cada vez más cargada, Bendis delegó en Hickman Guerreros Secretos, el relanzamiento del personaje de Nick Furia, el eterno y pocas veces aprovechado secundario. Pese al bagaje heredado del encargo, Hickman supo hacer suyo el argumento y los personajes, aprovechando la continuidad (pasada y presente) para tejer un adictivo thriller de espionaje lleno de operaciones secretas, conspiraciones, traiciones y giros inesperados mucho más cercano al James Bond más fantástico que al cómic de superhéroes al uso. Ni siquiera el baile de dibujantes de muy distinto estilo ni los obligados crossovers de turno empañaron un interesante resultado que, tras treinta números, se revela como una sólida historia cerrada.
Igualmente sorprendente fue su etapa en los 4 Fantásticos. Obligado a soportar la alargada sombra de sus predecesores inmediatos (Mark Millar y Brian Hitch), poco a poco fue acaparando la atención de los lectores construyendo una larga red de subtramas (la guerra de las cuatro ciudades) con algún sorprendente giro (la desaparición de Johnny Storm) y un gran ritmo narrativo que acabaría por dar pie a una segunda cabecera sobre el grupo -algo insólito en su trayectoria-.
Desde entonces Hickman se ha convertido en una de las piezas fundamentales de la nueva Marvel, siendo el encargado de relanzar The Ultimates y escribiendo SHIELD. Esta última resulta ser una sorprendente cabecera que pone en solfa todo lo que se creía saber sobre los orígenes del universo Marvel, mediante una trama de conspiraciones milenarias, ciencia-ficción con regusto retro y una insólita relectura de varios personajes (reales) históricos. Pero ello no le ha impedido abandonar sus propios proyectos como Red Wing (otra vuelta de tuerca sobre los viajes temporales), Secret (una serie regular sobre el mundo del espionaje) o Manhattan Proyects (una ucronía sobre la guerra fría llena de guiños históricos y científicos).
Hombre clave en el proyecto editorial Marvel NOW (es el nuevo guionista de las dos series más vendidas: Vengadores y Nuevos Vengadores), Hickman se encuentra en una curiosa encrucijada entre los beneficios de las grandes editoriales y los riesgos de la independencia. Sólo esperemos que tanto forzar la máquina no acabe matando a una de las gallinas de huevos de oro más interesantes de la última remesa.
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