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Los Muertos Vivientes #17: Algo que Temer Con el terror aún en el cuerpo
Los Muertos Vivientes #17: Algo que Temer EE.UU - 2012 Guionista:Robert Kirkman Dibujante:Charlie Adlard
Editorial:Planeta de Agostini Cómics -
144 páginas - bn
Precio:7,50
Establecidos en su nueva comunidad y con motivos para el optimismo por primera vez en mucho tiempo, la cruel realidad volverá a cebarse en Rick Grimes y los suyos cuando una amenaza vuelva para recordarles que los vivos pueden llegar a ser mucho peores que los muertos.
Robert Kirman lo ha vuelto a hacer. Justo cuando la popular serie alcanza el centenar de entregas el guionista da un golpe de timón que la aleja de la reiteración en la que parecía haber caído en sus últimas entregas. Si bien el trabajo sobre los personajes y sus interacciones seguía siendo tan sólido e interesante como siempre, argumentalmente la trama parecía estar repitiendo esquemas ya vistos: la llegada del grupo a un nuevo asentamiento, los conflictos con el resto de habitantes del mismo, las dudas personales que amenazan con arruinarles, etc. Si en el tomo anterior Kirkman por fin daba un respiro a los protagonistas, alejándoles del tono cada vez más negro y deprimente al que estaban abocados, en esta nueva entrega les aprieta las clavijas como nada lo había hecho desde la trama relacionada con el Gobernador.
La mención a este último personaje y la profunda huella que dejó en la serie (tanto en los personajes como en los lectores) no obedece a la casualidad. Y es que, conmemorando una ocasión tan especial como son las 100 entregas de la numeración original, hace su irrupción Negan. Este personaje, líder de un enorme grupo de forajidos sin escrúpulos, parece pensado para rivalizar en carácter odioso y despreciable con el citado Gobernador. Una interesante incorporación al reparto que promete dar un enorme juego en manos de un guionista tan dispuesto a no dar descanso a sus lectores como lo estaba cien números atrás.
Muestra de ello es la inesperada muerte de dos de los protagonistas, uno de los cuales llevaba en la serie desde su mismo inicio. Lo impactante de este último acontecimiento –plasmado en toda su brutalidad por los incansables lápices de Charlie Adlard- no solo contribuye a la creación de uno (otro) villano memorable. También demuestra que, pese al tiempo transcurrido y a los compromisos con otros medios –la exitosa serie de TV, las novelas, etc-, Robert Kirman aún está dispuesto a correr riesgos, a provocar a los lectores y sus expectativas y a hacer lo que quiere sin miedo a connotaciones ó imposiciones ajenas. Algo que ha convertido esta cabecera en una cita imprescindible para el medio y que promete serlo al menos durante otros cien números más.
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