Coleccionable Ultimate: The Ultimates - Dioses y Monstruos Regresa el mejor Millar
La primera temporada de The Ultimates tuvo tanto éxito que el tándem formado por Mark Millar y Bryan Hitch se estableció como uno de los mejores equipos creativos del momento. La serie se convirtió en un hito en el noveno arte, pues Millar ofrecía una historia superheroica que se alejaba de lo usual, dejando de lado las escenas de acción y las morales inquebrantables para centrarse en los defectos y puntos débiles de los superhéroes, pues la línea Ultimate no solo pretendía actualizar al siglo XXI a los superhéroes tradicionales, sino aportarles realismo, algo que Millar consiguió con creces. Tras las alabanzas recibidas tanto por el público como por la crítica, la serie regresó dos años más tarde en una segunda temporada con el mismo equipo creativo, Millar y Hitch.
Esta segunda temporada, recogida en este tomo y en la entrega El gran robo de América, se centra en narrar las consecuencias de lo que vimos en el anterior volumen: la aparición de los superhéroes en el mundo real, la invasión de los Chitauri, el ataque de Hulk a Manhattan... Así, vemos como los distintos miembros de los Ultimates continúan su vida.
Mientras que Steve Rogers ha afianzado su relación con Janet Pym, Tony Stark ha anunciado su boda con Natasha Romanov. Pero no todos han corrido la misma suerte, pues Bruce Banner se encuentra encerrado bajo Tierra, ya que tras asesinar a cerca de 800 personas durante su ataque a Manhattan, S.H.I.E.L.D. no puede permitir que se sepa que Hulk trabajaba para el Estado. Por otro lado, Thor se ha desvinculado de los Ultimates, pues opina que estos ya no cumplen con su auténtica función, proteger a la humanidad, sino que ahora son marionetas del Estado. Además, la cordura de este será puesta en tela de juicio, pues en la historia realista que narra Millar, que Thor sea un dios proveniente de Asgard es algo ilógico. Quien tampoco seguirá en el grupo es Hank Pym, pues tras su agresión a su ex-mujer, Janet Pym, Hank es obigado a abandonar el grupo.
A pesar de ésto, seguirá con sus investigaciones creando nuevos proyectos superheroicos. También veremos como el que fue el Hombre Gigante pasará a formar parte de los Defensores, un nuevo grupo que cumple como una mala imitación de los Ultimates. Por otro lado veremos cómo S.HI.E.L.D. ha comenzado a desarrollar nuevos superhombres, algo que ha hecho que el resto de países, sobre todo europeos, se lancen a una carrera armamentística superhumana. Además, la organización dirigida por Nick Furia deberá hacer frente a un traidor que se esconde entre los suyos.
Si hay algún lector que buscase una serie repleta de acción y en la que los protagonistas siempre fuesen los buenos, los Ultimates de Millar no es su serie. Y si, tras haber leído la primera temporada, alguien pensaba que esta podría decaer, se equivoca, pues Mark Millar regresa presentando de nuevo un cinematográfico guión compuesto por inteligentes y atrapantes arcos argumentales. De nuevo, veremos como el desarrollo del guion dejará poco espacio para las batallas, algo que, a pesar de su escasez, no se echa de menos, pero cuando finalmente aparecen, son espectaculares. El guionista escocés vuelve a crear un arco argumental que girará en torno a las relaciones interpersonales de los protagonistas, centrándose así en crear y definir unos personajes con morales totalmente diferentes y llenas de matices.
Como viene siendo habitual en las historias guionizadas por Millar, el relato se encuentra plagado de críticas y referencias a la sociedad actual y a la religión. Además, Mark Millar sabe brindar a la trama la sensación de encontrarse enmarcada en universo compartido haciendo multitud de referencias a otros personajes y apareciendo en la historia Matt Murdock, Xarles Xavier o Cíclope.
En el apartado gráfico nos encontramos al mejor dibujante de cómics la historia, o así lo piensa Millar. Lo que sí es cierto es que Hitch se confirma como uno de los mejores artistas, pues sus dibujos hiper-realistas ayudan a la labor de Millar. Así, cada viñeta es una delicia visual en la que cada personaje se encuentra dotado de un físico muy bien definido e individualizado por el artista. Además, Hitch sigue tratando con mimo hasta el más mínimo detalle y representa escenas genialmente desarrolladas. Por otro lado, el último número del tomo se encuentra dibujado por Steve Dillon, cuyos dibujos, en comparación con Hitch, se muestran bastante simplones y planos.
En resumen, Millar nos vuelve a ofrecer una genial historia en la que, a pesar de no dejar de lado la espectacularidad, traza un guión que no dará tregua al lector y con el que mantendrá la calidad marcada por el anterior volumen.
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