Wild Cards: superhéroes en formato prosa
A pesar de hundir sus raíces firmemente dentro de la literatura pulp de los años 30, el de los superhéroes siempre ha sido un género suscrito al medio del comic. O lo era hasta Wild Cards, antología literaria creada en 1987 y autentico fenómeno de culto en lengua inglesa que llega ahora a España de la mano de Planeta y su sello Timun Mas.
El fenómeno de Wild Cards nació a partir de la afición común a los juegos de rol de un grupo de escritores nortemericanos. Partiendo de un juego llamado Superworld, esos jugadores, entre los que se encontraba el hoy muy solicitado George R.R. Martin -Canción de Hielo y Fuego y su adaptación televisiva Juego de Tronos- desarrollaron un complejo escenario poblado por multitud de personajes. La cantidad y detalle de estas historias fue tal que Martin y sus compañeros decidieron novelarlas y publicarlas en forma de antología colectiva.
De esa forma el primer volumen de Wild Cards presenta un mundo alternativo donde en 1946 un virus alienígena procedente del planeta Takis es liberado sobre los cielos de Nueva York. Como resultado del mismo el 90% de los afectados fallecen, mientras que los supervivientes se dividen en dos clases: los ases, que desarrollan superpoderes, y los jokers, que junto a sus habilidades sobrehumanas padecen deformidades de muy diverso tipo. Partiendo de esa premisa Martin, y el resto de autores desarrollan una ucronía en la que los sucesos posteriores a la IIª Guerra Mundial ocurrieron de forma muy distinta y numerosos personajes históricos (políticos, actores, científicos, músicos…) son diferentes debido a su conversión en ases o jokers. Asimismo, muchos personajes están claramente inspirados en héroes y villanos de la mentada literatura pulp o de comics clásicos, dando pie a un atractivo juego referencial.
Con Martin como principal editor, la saga incluye relatos de autores como Roger Zelazny, Lewis Shiner, Ed Bryant, Howard Waldrop, Melinda Snodgrass, Stephen Leigh, Walton Simons, John J. Miller así como el propio Martin y el veterano de los comics Chris Claremont entre otras reconocidas firmas del género. Pese a la disparidad de esa autoría colectiva y a la multiplicidad de personajes, las historias gozan de una solida continuidad. De hecho a partir del segundo volumen cada relato se relaciona con el resto de manera que acaban constituyendo una única trama principal. La llegada de una invasión alienígena, una guerra entre grupos criminales superpoderosos, una conspiración política para hacerse con la presidencia de los EE.UU, una trama para crear un arma biológica que liquide a todos los afectados… cada capítulo y su distinto protagonista se convierten en piezas de un puzle cuyo sentido se hace patente al final de cada volumen.
Bien como protagonistas, bien como secundarios, personajes como Jetboy, el Durmiente, Golden Boy, el Doctor Tachyon o el Capitán Trips y lugares como el barrio neoyorkino de Jokertown o el restaurante Aces High se van sucediendo de una historia a otra, dibujando un universo compartido que nada tiene que envidiar en extensión o detalle a los de Marvel o DC. Curiosamente, y pese a su potencial trasvase al comic, la saga solo ha tenido dos adaptaciones a la viñeta en forma de miniseries. La primera, editada por Marvel a través del extinto sello Epic, contó con dibujantes como Marshall Rogers, Barry Kitson, Lee Weeks o Timothy Truman. La segunda y más reciente fue publicada por Dynamite Entertainment a cargo de Daniel Abraham y Eric Battle.
Publicadas a lo largo de diversas editoriales, Wild Cards alcanza la friolera de 21 volúmenes publicados hasta la fecha –y otro más ya anunciado- convertida en una de las antologías de ciencia ficción más estimulantes del panorama y una influencia reconocible en historias posteriores como Astro City, Rising Stars o la serie de televisión Héroes. Su tímido y largo tiempo aplazado desembarco en el panorama literario español no debería ser pasado por alto por ningún aficionado al género.
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