Spirit: vida más allá de Eisner
A estas alturas poco queda por decir de The Spirit y su creador Will Eisner que no se haya dicho ya. Hablamos de una obra de referencia ineludible a la hora de entender el cómic y su evolución como medio a nivel gráfico, argumental e incluso editorial. Pero esa (totalmente merecida) fama de Eisner tiene el efecto negativo de condenar al olvido las aportaciones que otros han realizado al personaje. O al menos restarles importancia en comparación con el trabajo del propio Eisner, cuando lo cierto es que ni esos autores ni su labor son para nada despreciables.
Ya incluso durante la serie original -publicada entre 1940 y 1952- el creador se vio obligado a delegar en otras manos las aventuras de Denny Colt debido a sus compromisos con el servicio militar. Entre 1942 y 1945, mientras Eisner se encontraba en el frente, la serie quedó en manos de gente como Jack Cole –creador de Plastic Man- o Lou Fine, quienes supieron mantener el listón creativo y comercial. Por otro lado, incluso tras el regreso de Eisner a partir de 1945, guionistas como Jules Feiffer y dibujantes como Jerry Grandenetti y Wally Wood aportaron ocasionalmente su estimable talento a las aventuras del personaje.
Convertida en cabecera de culto, The Spirit fue reeditada en las décadas siguientes y en varios formatos por editoriales como Harvey Comics, Warren Publishing y Kitchen Sink Press. Fue precisamente esta última la que en 1997 publicó una miniserie apropiadamente titulada The Spirit: Las nuevas aventuras. La misma (que Panini acaba de reeditar en nuestro país) recogía nuevas historias del personaje a cargo de autores como Kurt Busiek, Paul Chadwick, Paul Pope, Mike Allred, Neil Gaiman, Eddie Campbell, David Lloyd, el novelista Joe R. Lansdale, Dave Gibbons y Alan Moore entre otros. Un reparto autoral tan sobresaliente como variopinto que demostraba haber aprendido bien las lecciones del maestro y presentó al personaje ante una nueva generación de lectores.
Al calor del éxito cosechado por su reedición de la serie en lujosos tomos, DC lanzó en 2006 una nueva serie del personaje a cargo de Darwin Cooke. Amante de la serie negra (Parker) y los relatos de ambientación clásica (The new frontier) durante una docena de números -más un crossover con Batman- desarrolló una deliciosa labor sobre la creación de Eisner, revisitando varias de sus historias clásicas –emocionante su remake de la emblemática Sand Saref- y actualizando acertadamente algunos de los elementos más discutibles del original –como su retrato de Ebony White, el ayudante afroamericano del protagonista-. El dúo Mark Evanier y Sergio Aragonés, acompañados a los lápices por Mike Plogg y Paul Smith, recogió el testigo en un tono más clásico hasta su cierre tras treinta y dos números.
Un cierre que vino fijado por la inclusión del personaje en un ambicioso plan para crear una nueva línea editorial llamada First Wave. Tras la miniserie homónima de Brian Azzarello y Rags Morales DC inició una nueva cabecera que ofrecía dos historias en cada número. La primera a color, según la nueva versión presentada por Azzarello –con cambios como convertir al comisario Dolan en un corrupto o a Ebony White en una temperamental chica- escrita por Mark Schultz (Xenozoic Tales) y David Hine y dibujada por Moritat. La otra en blanco y negro, de estilo clásico y a cargo de ilustres firmas invitadas (Richard Corben, Bill Sienkiewicz, David Lapham, Mike Kaluta). El cierre de la línea parece haber dejado huérfano a Denny Colt, aunque habiendo demostrado que su atractivo no termina en la labor de Eisner seguramente no tardaremos en volver a saber de él. En cuanto a la aportación de Frank Miller por vía cinematográfica, mejor la dejamos para otro momento.
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