Green Lantern: La Ascensión del Tercer Ejército

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Justo cuando se pone a la venta en nuestro país la continuación de este evento, es el momento de que en Cómic Digital echemos la vista atrás unos meses y veamos que ha dado de sí la primera historia que ha unido las vidas de todos los Green Lantern del Nuevo Universo DC.

La Ascensión del Tercer Ejército ha sido el intento de Geoff Johns por atraer de nuevo las miradas de los lectores hacia una serie que ha vivido momentos mejores, pero que continúa siendo una de las cabeceras de superhérpes más arraigada en el género de cuantas se publican en estos momentos, garantizando una lectura ligera cada treinta días. Y decimos bien, "intento", puesto que DC logró en un primer momento, gracias a la presentación de Simon Baz (nuestro nuevo, armado y misterioso Linterna Verde) que muchas miradas se centrasen de nuevo en la serie, tanto fuera como dentro del mundo editorial, pero mucho nos tememos que la cosa no fue a más, quedándose en una nueva estratagema publicitaria que no afecta en nada a la calidad de la serie.



Simon Baz es, a pesar de todo, la creación más interesante de Johns en este Nuevo Universo DC. Si bien la paranoia terrorista en los Estados Unidos ha pasado a un segundo plano en los últimos tiempos, la presencia de este personaje recupera en parte esas ideas, en un momento además en el que la población y los gobiernos humanos de este universo de ficción están más temerosos que nunca de las acciones de los metahumanos y sus supergrupos. Simon se hace con la colección, con enfrentamiento con la Liga de la Justicia incluido, en una trama que nos presenta tanto a él como a su familia y circunstancias. Con su peculiar carácter, y llevándose más de una sorpresa por el camino, Simon demuestra en cada página que es un héroe, mientras que, sin saberlo, el legítimo portador de su anillo, Hal Jordan, y su archienemigo Sinestro tratan de descubrir exactamente en qué lío se han metido en la misteriosa Zona Muerta…. Momento que es aprovechado por los Guardianes para hacer cambios, otra vez, en su organización.



La realidad es que el argumento de la corrupción de los Guardianes y el constante intento de sustituir a los Lanterns por otro cuerpo de seguridad comienza a hacerse pesado y repetitivo. No importa que Johns busque nuevas e imaginativas maneras de mostrarlo, cuando estas recuerdan inevitablemente a otros conceptos ya vistos en años anteriores, como el Proyecto OMAC de Crisis Infinita. Por suerte, la marcha del guionista ya es un hecho, y tendremos que ver como sus sucesores tratan de buscar nuevas formas de entretenernos con unos personajes a los que parece que no se les está sacando todo su potencial. Es evidente que Hal y el resto de Lanterns funcionan mucho mejor a niveles “cósmicos”, pero el potencial que se dejó ver en el inicio de la colección, con Hal retomando su identidad civil y su vida en la tierra ha quedado desactivado, sustituido todo por el efectismo y la espectacularidad habituales, gracias sobre todo al trabajo del siempre eficaz Doug Mahnke



Paralelamente a la historia de Simon tenemos a Kyle Rayner y su curioso grupo. Nuevos Guardianes no es precisamente la mejor serie de The New 52, y en estos números quedó claro que no iba a remontar el vuelo. Tony Bedard se esfuerza en darle a la serie una identidad propia, y lo consigue, pero a costa de escribir una trama confusa, e insípida por momentos, en la que el reparto no hace más que cambiar constantemente sus motivaciones por culpa del fuerte carácter de sus protagonistas.

Bedard explora la trillada mitología Lantern, con constantes apariciones de personajes de todos los espectros emocionales, pero sin ningún tipo de desarrollo en los personajes. Los niveles de poder y las maquinaciones de los Guardianes siguen siendo el centro de toda la trama, y los números se suceden sin que el lector sepa exactamente hacia donde se dirigen Rayner y compañía.



Uno de los personajes que precisamente va y viene de Nuevos Guardianes es Atrocitus, y es quien protagoniza Red Lanterns, que se cruza en este evento en su tercer número. Peter Milligan dio la sorpresa en los primeros números de esta cabecera, pero aquí desaprovecha todo el potencial. Si bien es cierto que la serie es bastante superior a Nuevos Guardianes, siempre queda la sensación de que Red Lanterns no es más que una excusa para continuar sacando personajes y estirando las tramas cósmicas hasta el infinito. Por lo menos, en cuanto a golpes de efectos, brutalidad, acción y personajes fuera de lo común no le gana nadie. Milligan consigue solventar las obligadas conexiones con lo que ocurre en el resto de títulos de manera satisfactoria, permitiendo que podamos leer sin problema este volumen aún no queriendo conocer nada del Tercer Ejército y sus propósitos. El dibujo de Andrés Guinaldo, en especial en el número final del volumen, es notable.



Si todo comenzó con un volumen, el especial Prologo a la Ascensión del Tercer Ejército (donde se cuentan además historias de origen inéditas de algunos de los personajes, acordes a la nueva continuidad), todo termina con otro tomo, puesto que en Green Lantern Corps 3 encontramos el final del evento. Corps es la serie que mejor aprovecha el bagaje de los personajes y el universo en el que se mueven. Esto, unido a la presencia de personajes tan estimulantes como Guy Gardner o John Stewart y el resto del reparto alienígena, conforma una combinación explosiva que Peter Tomasi no se cansa de explotar. Las tramas que con Johns no acababan de arrancar, adquieren una épica inédita en las entregas contenidas en este volumen, hasta llegar a un interesante clímax que conecta todos los hilos argumentales de manera natural.



Ojalá el resto del evento hubiese sido desarrollado de igual forma que los argumentos de esta serie. Queda así la sensación final de irregularidad, de repetición, y de que las cosas por este lado del Universo DC merecen un cambio de rumbo que pronto veremos en la edición española. Mientras, a tratar de disfrutar con La Ira del Primer Lantern, cuya primera y voluminosa entrega (Green Lantern 17) ya podéis adquirir en vuestras tiendas habituales.