Grandes Autores de Batman: La Broma Asesina Radiografía de un Círculo Vicioso
De todas las historias que se han escrito (y escribirán) sobre la relación entre Batman y el Joker posiblemente esta sea la más definitoria. El guión de Alan Moore no cuenta nada que no se hubiese contado previamente en varias ocasiones –con referencias directas a comics de los 50 incluidas- pero nunca se había ahondado de forma directa y tan cruda la interesante relación entre ambos personajes y sus paralelismos.
Ayudado en la parte gráfica por el impresionante detallismo de Brian Bolland –tanto que a cada lectura casi es posible encontrar algún elemento nuevo-, el guión plantea las razones que llevaron al Joker a ser quien es y hacer lo que hace. Una historia que describe como de la cordura a la locura puede haber menos distancia de la que es tranquilizador reconocer. Pero el guión matiza tan perturbadora revelación convirtiendo al comisario Gordon y al propio Batman en un espejo de ese “mal día” que dio origen al payaso del crimen. Tres retratos que definen a los personajes y sus motivaciones como pocas veces se ha hecho, culminando con un final tan anticlimático como inquietante y deprimente: tras tender su mano al villano, este la rechaza y ambos terminan riéndose bajo la lluvia. No del mal chiste que cuentan, sino del trágico círculo vicioso que forma su relación, destinada a acabar en tragedia. La broma asesina del título, que invita a reír por no llorar.
Con un despliegue narrativo potentísimo, La broma asesina contiene un estudiado control del ritmo, un soberbio uso de flashbacks, una calculada distribución de viñetas y páginas y una expresividad desatada a la altura de los mejores guiones de Moore. Asimismo la premeditada ambigüedad de sus páginas -¿Podemos fiarnos de que los recuerdos del Joker son reales? ¿Hizo el villano algo más con Bárbara Gordon que dejarla paralitica de un disparo? ¿Hay una interpretación distinta a la carcajada de la emblemática página final?- provoca que aún hoy, veinticinco años después, sea objeto de discusiones y controversias. Cuesta creer que el propio Moore le reste importancia a su propio trabajo considerándolo una obra menor. Sobre todo viendo su influencia tanto en historias posteriores como en otros medios (tanto el Batman de Tim Burton como el de Christopher Nolan le deben más de uno de sus hallazgos).
Basándose en la polémica edición del 20º aniversario, que sustituía el estudiado y heterogéneo coloreado original de John Higgins por otro de tonos más oscuros realizado por el propio Bolland, ECC vuelve a poner en el mercado una de las obras que redefinieron el comic de superhéroes en los 80. Una obra cuya influencia es tanta que ni siquiera el reciente reinicio del universo DC ha sido capaz de eliminar. Imprescindible.
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