Batman y el Joker: Rompiendo el Círculo Vicioso
AVISO: Éste artículo contiene posibles spoilers. En él se revelan aspectos argumentales que el lector podría preferir descubir por sí mismo.
La reciente reedición de La broma asesina por parte de ECC nos hacia recordar uno de los aspectos más interesantes de la mitología del hombre murciélago: su relación con el Joker. Con ese relato Alan Moore y Brian Bolland asentaron definitivamente la relación entre ambos personajes como las dos caras de una misma moneda. Se forjó así en el imaginario colectivo una relación de dependencia psicológica entre ambos, un atractivo lazo emocional sobre el que se han desarrollado numerosas historias posteriores con mayor o menor fortuna. Un concepto presente asimismo en adaptaciones cinematográficas como las de Tim Burton y Christopher Nolan.
Al inicio de dicha historia Batman es consciente de que esa relación lleva a un punto de no retorno en la que uno de los dos morirá a manos del otro. Y en el desenlace ambos ríen amargamente al darse cuenta de que no existe alternativa posible a esa fatal conclusión (aunque recientemente Grant Morrison desató la polémica afirmando que ese final tenía una interpretación muy distinta). Sin embargo cualquier lector con dos dedos de frente sabe que jamás vera esa crónica de una muerte anunciada. No de manera oficial y reflejada en la continuidad. Los imperativos comerciales jamás dejarán matar –nunca mejor dicho- a la gallina de los huevos de oro. Pero la idea flota en el ambiente y su sombra condiciona poderosamente la interacción entre ambos personajes. Demasiado para no materializarse de una forma u otra.
Toda esta larga introducción viene a cuento de la existencia de un comic que ha recorrido internet como la pólvora durante los últimos días. Se trata de The Deal (El trato) un fan fiction no autorizado por DC y realizado por los mexicanos Gerardo Preciado (guión) y Daniel Bayliss (dibujo). Normalmente los fan fiction suelen ser de una calidad discutible y no destacar más allá de alguna curiosidad puntual. Pero este en concreto sobresale como un excelente ejercicio narrativo, que profundiza en la psicología de ambos personajes de forma tan brillante como impactante.
En apenas catorce páginas The Deal explora la dinámica entre Batman y el Joker llevándola al extremo. La historia se inicia con la cruda imagen del comisario Gordon muerto de un tiro en el pecho y Batman encadenado frente a una caja ensangrentada que contiene los restos mutilados de Alfred. Tras un perturbador dialogo entre el héroe y el villano, reforzado por un dibujo de trazo retorcido y oscuro –que recuerda a Paul Pope-, la historia culmina con ambos precipitándose voluntariamente a la muerte, poniendo fin al círculo vicioso de su existencia.
Libre de restricciones, uno de los elementos con los que juega The Deal es el amoroso, estableciendo un trasfondo casi sexual en su relación por parte del villano. Un acercamiento que Frank Miller ya trató en El regreso del caballero oscuro, con una visión claramente sexualizada del villano que culmina con su muerte a manos del murciélago. Curiosamente hace poco Scott Snyder publicaba Una muerte en la familia, la primera gran historia del Joker tras el relanzamiento de los Nuevos 52. Su versión del Joker, una de las más violentas jamás mostradas, añade ese citado subtexto, estableciendo como el Joker cree que Batman le ama y todos sus encuentros tienen en realidad un trasfondo sentimental. O lo establecía. Porque es significativo que, casi de tapadillo, Snyder haya reescrito varios diálogos en la edición en tomo para eliminar ese componente homoerótico (la duda es si por motu propio o “forzado” por la editorial).
Sea como sea supone un ejemplo palmario de que, por mucha manga ancha que se le dé, la maquinaria editorial limita la libertad de narrador. Ejemplos como The Deal muestran, en cambio, que algunos personajes e historias están por encima del propio medio y sus (auto)impuestas limitaciones, encontrando su camino lógico. De forma oficial u oficiosa.
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