Fénix #4 Nueva entrega de esta obra magna del manga
Fénix #4 Japón - 2013 Guionista:Osamu Tezuka Dibujante:Osamu Tezuka
Editorial:Planeta de Agostini Cómics -
396 páginas - colorbn
Precio:25,00€
Nuevo salto al pasado a través de las páginas de este fantástico manga, el cuarto volumen de la más ambiciosa obra de Tezuka. En esta ocasión, el autor vuelve a trasladarnos con su narración a tiempos remotos de la historia de Japón, situándose en la conocida como época Nara, período comprendido entre los años 710 a 794.
Con el nombramiento oficial de la capital en la ciudad de Nara, daría comienzo en el País del Sol Naciente un período de rápido crecimiento económico y administrativo, todo ello bajo una fuerte influencia llevada desde China. Aunque el Budismo había llegado al archipiélago anteriormente, es durante estos años cuando se establece oficial y permanentemente por el territorio japonés, utilizado como herramienta de control político por dirigentes y gobernantes. Dentro de este cambiante contexto Tezuka enmarca la historia de Gaô, un chico atormentado y ridiculizado por culpa de un accidente que sufrió siendo un bebé y que le dejó manco y sin un ojo. Tras años soportando esta situación, Gaô finalmente acaba con la vida de uno de los habitantes de su pueblo, dando rienda suelta a sus instintos asesinos y escapando de la furia de sus vecinos. Es entonces cuando se cruza con Akanemaru de Yamato, un escultor viajero al que hiere de gravedad en el brazo derecho antes de continuar su huida.
Desde este punto, la historia se bifurca y sigue los pasos de ambos personajes; por un lado, el furioso Gaô, con un corazón lleno de rabia a la que finalmente consigue dar salida a través de la fabricación de esculturas y, por otro, el afligido Akanemaru, resignado en un principio a abandonar la profesión a la que había consagrado su vida y abnegado a no volver a esculpir, pero que encuentra en la religión y el trabajo constante las fuerzas necesarias para mejorar sus habilidades.
Antes de que los caminos de ambos protagonistas vuelvan a encontrarse, el ave Fénix resurge de nuevo en la obra para hacer reflexionar a los personajes (y, quizás, también al lector) acerca de la vida y la muerte, esta vez a través del prisma de la religión budista y el concepto del karma.
El importante componente político y socioeconómico que forma parte de esta historia la dota de una densidad y complejidad algo mayor a la encontrada en volúmenes anteriores, pero que no empaña en ningún momento el disfrute de la lectura. El apartado gráfico, en cambio, continua siendo un punto algo controvertido dado su evidente envejecimiento y la cantidad excesiva de trabajo que Tezuka solía abarcar (y afectar, por lo tanto, a la calidad de su producción), de modo que el dibujo del autor puede resultar chocante para que lectores menos acostumbrados al manga de los 60 y 70.
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