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La Atalaya del Vigía Comic Digital
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The Sandman: el cómic del que están hechos los sueños

Un artículo de Rodrigo Arizaga Iturralde - Introducido el 11/12/2013
La Atalaya del Vigía

"El señor de los sueños aprende que uno debe cambiar o morir, y toma su decisión”. Así resumía en una entrevista Neil Gaiman su labor en The Sandman años después de concluida. Como el propio guionista reconocía, ese resumen dejaba muchas cosas en el tintero. Al igual que este texto al intentar explicar porque The Sandman es una cabecera clave en la historia del cómic como medio.

Perteneciente a la invasión de autores británicos de mediados de la década de 1980, Neil Gaiman desembarcó en DC junto al ilustrador Dave McKean llamando la atención con Orquídea Negra, llamativa reinvención de un personaje olvidado de la editorial. El resultado fue tan bueno que la editora Karen Berger les propuso hacer lo mismo con Sandman, un superhéroe que habitaba el mundo de los sueños creado por Joe Simon y Jack Kirby. Por desgracia –o por suerte- Roy Thomas acababa de reclamarlo para Infinity Inc. Ante este contratiempo Berger le propuso a Gaiman que se quedase con el nombre y el concepto onírico y crease un personaje nuevo. El resultado acabo superando todas las expectativas.


En Enero de 1989 la editorial publicó The Sandman #1, donde se presentaba a Morfeo de los Eternos, un grupo de siete seres que personifican los diversos aspectos de la existencia (como la muerte, el destino, el deseo o, en el caso del protagonista, los sueños). De regreso de una aventura que le ha dejado exhausto, Morfeo es capturado por un hechicero que espera le revele el secreto de la inmortalidad. Tras permanecer prisionero durante setenta años, Morfeo consigue volver a su reino para descubrir que muchas cosas han cambiado en su ausencia.


A diferencia del típico cómic de superhéroes, el trabajo de Gaiman buscaba tratar contenidos más serios desde un prisma denso y sofisticado. Buscaba llegar a un público adulto y forzar los límites del cómic como medio. A ese respecto, la influencia de Alan Moore y su etapa en La Cosa del Pantano es evidente y reconocida por el propio Gaiman. Concebida como una serie de horror y suspense, The Sandman pronto iría abriendo su foco hacia otros campos como la fantasía literaria, el drama social o la fábula mitológica. Asimismo, en sus guiones se daban cita referentes tan distintos como los cómics clásicos de superhéroes, las obras de William Shakesperare, las mitologías nórdica, egipcia o judeocristiana, las fábulas medievales, la literatura de la Grecia y Roma clásicas, los libros de G. K. Chesterton o Clive Barker, los cuentos populares, la música pop… Un batiburrillo que le costó al guionista más de una crítica sobre su supuesta originalidad, por parte de aquellos que se quedaban con la simple referencia y no con el uso que se le daba.


Concebida con la esperanza de durar poco más que media docena de números (la saga inicial Preludios y Nocturnos), el éxito de la serie cogió desprevenido incluso a su propio autor. En una época donde las fórmulas preestablecidas y el dibujo impactante empezaban a dominar la industria con nefastos resultados, The Sandman empezó a escalar posiciones dentro y fuera del ámbito del cómic. El boca a boca corrió como la pólvora, atrayendo atención y alabanzas de sectores que jamás se habrían dignado a prestar su atención a un cómic. Una forma de hacer y entender el medio en las grandes editoriales que creó escuela y que DC oficializó con la creación de la línea Vértigo.


Pese a no tener un dibujante fijo –más allá de Dave McKean en las portadas-, gracias a sus detallados guiones The Sandman gozó de cierta coherencia grafica, alternándose en el dibujo ilustradores como Sam Kieth, Mike Dringenberg, Kelly Jones, Jill Thompson, Mark Hempel, Michael Zulli o Charles Vess. Con idéntico espíritu, y pese a ser concebida como un todo único, Gaiman añadía historias secundarias donde Morfeo era relegado a un segundo plano, enriqueciendo la solidez del conjunto. The Sandman concluyó en 1996, tras 75 números y un Annual, por decisión del propio Gaiman. En un raro gesto –solo compartido por James Robinson con Starman- la editorial canceló la serie e impidió que otro guionista se hiciese cargo de la misma distorsionando la obra original (aunque ello no impidió que proliferasen toda clase de derivados como The Dreaming, Lucifer o miniseries varias bajo el sello The Sandman Presents). Sólo ha regresado Gaiman a su creación en dos ocasiones: el tomo Noches Eternas con siete historias sobre Morfeo y sus hermanos) y la inminente Sandman: Overture. Mientras se espera esta última ECC ha tenido a bien reeditar la obra original, con una relación calidad/precio envidiable. Aquellos que aún no hayan caído en los brazos del sueño ya no tienen excusa posible.


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