Saga: La historia de siempre…como nunca la has visto
Fruto del envidiable momento creativo del cómic independiente USA, Saga es sin duda la gran sensación del momento. Publicada por Image, la serie escrita por Brian K. Vaughan y dibujada por Fiona Staples se ha hecho con tres premios Eisner, seis premios Harvey y un premio Hugo. Asimismo, cada entrega suele colarse entre los 25 cómics más vendidos de los EE.UU y sus ediciones en tomo recopilatorio suelen mantenerse en los primeros puestos (un logro sólo superado por Los Muertos Vivientes). Y todo ello en menos de dos años.
Pero ¿Qué es Saga? ¿Y qué la hace merecedora de semejante repercusión? Viendo su premisa básica lo cierto es que la serie no parece ofrecer indicios de excesiva originalidad. Ambientada en un lejano rincón del cosmos, la trama plantea la guerra entre los habitantes de Terrada, el planeta más poderoso de la galaxia y los de Girnalda, su satélite. Mientras los primeros, dotados de alas, basan su civilización en la tecnología mientras los segundos, dotados de cornamenta, poseen habilidades místicas. Con vistas a no dañar irremediablemente sus propios mundos, la guerra entre ambos tiene lugar en otros planetas con los habitantes de los mismos forzados a tomar partido. En este contexto se enmarca la historia de Marko y Alana, miembros de distintas especies que deciden renegar de sus respectivos bandos y huir, convirtiéndose al inicio de la serie en padres de una mestiza llamada Hazel. El modelo narrativo de Romeo y Julieta pasado por el tamiz de Star Wars con varias pinceladas de Tolkien (influencias reconocidas por el propio guionista).
Pero el secreto de Saga no está en el qué, sino en el cómo. Partiendo de toda esa imaginería fantástica, repleta de elementos extravagantes -naves árbol, androides con cabezas de televisor, mercenarios con forma de araña, una niñera fantasma sin la mitad del cuerpo, gatos parlantes que detectan mentiras-, Vaughan elabora ante todo una historia de personajes dotados de personalidades complejas y enfrentados a problemas y dilemas perfectamente reales. La pareja protagonista son dos enamorados que se ven en el doble aprieto de convertirse en fugitivos con precio puesto a sus cabezas y ser padres. Tanto sus reacciones como sus diálogos, especialmente en lo referido al tema de la paternidad, muestran un carisma y una tridimensionalidad que impulsan la historia tanto o más que las escenas de acción y el original diseños de personajes y ambientes alienígenas. Una cualidad extensible a secundarios como el Príncipe Robot IV y La Voluntad –los cazarrecompensas enviados por sus respectivos mundos para capturarles-, Gwendolyn –ex-prometida de Marko y una de sus perseguidores- o Izabelle, espectro de una niña que se convierte en el inesperado acompañante de los protagonistas. Ninguno obedece a una caracterización de blanco o negro, sino que cada uno cuenta con sus propias motivaciones con las que consiguen calar hondo en el lector.
El apartado gráfico corre a cargo de Fiona Staples. Y pocas veces ese cargo ha sido tan cierto como en esta ocasión, ya que además de los lápices se encarga de las tintas y el color. Con un estilo reminiscente de la línea clara y una paleta de colores cálidos, Staples refuerza el trabajo de Vaughan aportando ritmo y expresividad a los personajes así como un carácter orgánico a los escenarios, alejándolos de la clásica pátina de alta tecnología.
Prueba de la importancia de Staples en el resultado final es que su publicación ha sido organizada de forma similar a las temporadas televisivas, mediante tandas de seis números con pausas de varios meses entre medias para garantizar que el nivel gráfico se mantenga. Publicada en España por Planeta, Saga ofrece una de las lecturas más interesantes del momento. Tanto reconocimiento no es casualidad.
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