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La Atalaya del Vigía Comic Digital
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Caballero Luna: El Olvidado Plenilunio Original

Un artículo de Rodrigo Arizaga Iturralde - Introducido el 15/01/2014
La Atalaya del Vigía

El anuncio de una nueva serie del Caballero Luna de la mano de Warren Ellis y Declan Shalvey vuelve a poner sobre la palestra a este personaje de culto de difícil escritura. Y digo difícil porque –a falta de ver el trabajo de Ellis- parece como si nadie fuese capaz de tomarle la medida con la misma fortuna que su creador Doug Moench.

El Caballero Luna tuvo su origen en Werewolf by night #32 (1975). Allí Moench y el dibujante Don Perlin presentaban al personaje como un mercenario a sueldo de un misterioso grupo llamado El Comité para capturar al licántropo Jack Russell. Al final el personaje, del que ni siquiera conocíamos su rostro o su nombre real, se aliaba con Russell para enfrentarse a sus empleadores. Todo podría haber acabado allí pero Moench decidió que aquel personaje daba para más. Tanto que decidió desarrollarlo en una serie de historias cortas, publicadas como complemento en la revista Hulk Magazine y dibujadas por un joven Bill Sienkiewicz. La calidad de esas historias fue tal que pronto dieron pié a una serie propia.


Con fecha de 1980 el Caballero Luna estrenó cabecera a cargo de los citados Moench y Sienkiewicz. En su primer número se desvelaba finalmente su origen al tiempo que se daba forma definitiva a sus características y se presentaba a su galería de secundarios. Así conocíamos los inicios de Marc Spector, antiguo soldado mercenario bregado en numerosas guerras sucias y traicionado por su antiguo socio Raoul Bushman. Abandonado al borde de la muerte en un antiguo templo egipcio, Spector era revivido -¿O quizá no? Moench siempre fue ambiguo al respecto- por el dios lunar egipcio Khonshu. Decidió a cambiar de vida y ponerse al servicio de la justicia, Spector regresa a los EE.UU estableciéndose con las identidades adicionales del industrial millonario Steve Grant y el taxista habitual de los bajos fondos Jake Lockley. Cuatro identidades (mercenario, superhéroe, magnate, taxista) que simbolizaban las fases del astro que le daba nombre.


Muchos fueron los que desde el inicio señalaron al personaje como una simple copia de Batman. Que Moench escribiese una larga y alabada etapa del hombre murciélago y el trazo de aquel primer Sienkiewicz recordase al de Neal Adams contribuyó a ello. Sin embargo la particular personalidad del protagonista y su interesante galería de secundarios -Jean Paul “Frenchie” Duchamp, antiguo compañero mercenario reconvertido en piloto/ayudante; Marlene Alraune, la atractiva y decidida pareja amorosa de Spector; Crowley, el vagabundo/confidente….- marcaban claramente las distancias respecto al personaje de DC. Igualmente notable era la galería de villanos donde, además de Bushman y el Comité, aparecían personajes como el ladrón Medianoche, el enloquecido Morfeo y su poder sobre los sueños, el imitador Espectro negro, el asesino a sueldo Arsenal o la justiciera Vidriera escarlata. Con una solida combinación de acción, suspense, ambientes policiacos, ocasionales apuntes de crítica social (uno de los números está dedicado al maltrato infantil) y unas gotas de horror sobrenatural, el dúo Moench/Sienkiewicz se mantuvo hasta el nº 32. La serie, una de las primeras que Marvel comercializó exclusivamente en librerías especializadas, no sobrevivió a la marcha de sus autores siendo cancelada poco después en su nº 38.


En las tres décadas posteriores el Caballero Luna ha conocido casi media docena de relanzamientos, que han apostado por diferentes aproximaciones: convertirlo en un ser místico, fomentar su faceta de superhéroe –llegó a ser miembro de los Vengadores-, otorgarle habilidades sobrehumanas, eliminar sus personalidades adicionales, darle un enfoque más crudo presentándole como un vigilante violento y trastornado, convertirle en una suerte de imitador de otros héroes… ninguna de esas versiones ha sido capaz de reproducir completamente la acertada combinación de elementos lograda por Moench, quien hacia 1998 retornó brevemente al personaje en dos estupendas miniseries dibujadas por Tommy Lee Edwards y Mark Texeira.

Pese a su gran calidad la etapa Moench y Sienkiewicz nunca ha sido editada como se merece nuestro país. De hecho ha sido publicada por editoriales como Vértice, Surco, Forum o Panini sin llegar a completarse nunca. Una tarea pendiente que ojalá alguna editorial complete algún día. ¿Me están oyendo, señores de Panini?


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