Chew #7: Manzanas Podridas

Continúa la sorprendente serie de John Layman y Rob Guillory

Chew #7: Manzanas Podridas USA - 2013
Guionista:John Layman
Dibujante:Rob Guillory
Editorial:Planeta de Agostini Cómics - 128 páginas - color Precio:12,95€

PUNTUACION
4,5/5

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Los que alguna vez se hayan acercado a las páginas de Chew, sabrán que no se trata de un cómic al uso. Para empezar, las increíbles habilidades cibopáticas de su protagonista, Tony Chu, le permiten identificar hasta el más mínimo detalle detrás de cualquier comida que prueba, excepto de las remolachas por lo que, básicamente, se alimenta de estas, harto de descubrir lo que esconden el resto de platos que le sirven. Si esto no es suficiente, la historia tiene lugar en un mundo donde una misteriosa gripe aviar ha diezmado a la población, y donde el pollo se ha convertido en el alcohol de la ley seca para nuestra sociedad. A la mezcla deberemos añadir vampiros, miembros mutilados, plantas con sabor a pollo, extrañas señales escritas en el cielo, acción a raudales y un sentido del humor característico que ha hecho de Chew una de las series más extrañas y recomendables de cuantas se publican actualmente.


Tras los devastadores acontecimientos del final del anterior volumen, que no desvelaremos aquí, Tony está más decidido que nunca a acabar con su enemigo, aunque en el camino se topará con los misteriosos miembros del Culto al Huevo, que han declarado la guerra a todo aquel que consuma huevo o pollo, y que parecen ser los responsables de las misteriosas y gigantescas escrituras que han aparecido en el cielo.

Además, Tony deberá encontrar tiempo para hacer frente a otra amenaza: la de una bebida energética que en lugar de quemar las calorías de quien la bebe, les hace estallar en llamas, y seremos testigo del esperado regreso de Poyo, que aunque aparece brevemente en el tomo, nos basta verle luchar contra las más inesperadas criaturas para justificar su vuelta.

Esperando ya la publicación del siguiente tomo, que verá la luz en Estados Unidos en marzo, sólo nos queda volver a recomendar esta serie a todos aquellos que, cansados de interminables crossovers y luchas superheróicas, quieran sorprenderse con la inagotable inventiva de John Layman y los personales dibujos de Rob Guillory. No se arrepentirán.