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El Bruto: Las Virtudes de la Infamia
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La publicación por parte de Norma de un nuevo volumen de El Bruto es la excusa perfecta para revisar una de las cabeceras más divertidas del cómic USA de la última década.
El Bruto (The Goon en ingles) es una genial gamberrada donde su creador, guionista y dibujante Eric Powell da rienda suelta a su amor por los clásicos del género de terror y la estética de las tradicionales historias de hampones, detectives privados y demás fauna de la serie negra. Un pastiche que tiene en su paródico y poco refinado sentido del humor el ingrediente principal de su estimulante personalidad propia. Una reformulación socarrona de los códigos del horror y las escenas de violencia que recuerda al estilo desenfadado de films como Terroríficamente Muertos, Braindead o Zombies Party.
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Eric Powell presenta en El Bruto una original mezcla entre el noir clásico, cine de terror y humor descarado |
La serie narra las fechorías de un matón forzudo, gigantesco y de poco agraciado rostro apodado El Bruto. Este trabaja como mano derecha de un legendario jefe mafioso llamado Labrazio, al que nadie ha visto hace años. Junto a su inseparable amigo Franky -cuyo físico escuálido se compensa con una impulsiva personalidad que raya en la psicopatía- se dedica a recaudar intereses, dar palizas a chivatos y proteger el barrio del resto de bandas que pretenden hacerse con el control de mismo. La diferencia con la típica historia de gangsters estriba en que los tipos que merodean por el barrio son exactamente normales: zombis, vampiros, científicos locos, androides asesinos, caníbales, ogros, fantasmas o pulpos gigantes (sic) son algunos de los integrantes de la población local.
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La irreverencia y las situaciones disparatadas son las principales bazas de la serie |
Con un ojo puesto en los seriales del cine clásico y en antologías del horror en viñetas como La Bóveda de los Horrores o Creepy, Powell convierte la serie en una descacharrante sucesión de desventuras en las que el Bruto y Franky deben hacer frente a amenazas como el Pope Zombie, líder de un ejército de no-muertos que pretende descubrir el paradero de Labrazio y usurpar su puesto. O el científico de cuerpo metálico Hieronymus Alloy, cuyo cambiante carácter le hace ser aliado ó enemigo según le pille el día. Mención aparte merecen secundarios como Norton, encargado del bar favorito de los protagonistas o la pandilla de pequeños huérfanos que continuamente se entrometen en las andanzas del protagonista. Pero no todo es diversión disparatada en las páginas de la serie. Ocasionalmente Powell decide incluir historias dotadas de un registro dramático como la descripción de la infancia del Bruto y la verdad tras su relación con Labrazio o el origen de secundarios como Carroña, un antiguo sheriff convertido en necrófago por culpa de la magia negra.
La otra gran baza de la cabecera es su dibujo, con una estética que perfila notablemente el tono y el estilo de sus historias. Con un depurado trazo en la línea de dibujantes como Bernie Wrighston, Jack Kirby ó Harvey Kurtzman, el Powell dibujante consigue formular un estilo que une lo mejor de la caricatura y el realismo, vistosamente coloreado usando una paleta que le da un aire retro y un acabado propio de un cuadro.
Inicialmente publicada por Avatar Press en 1999, las diferencias entre Powell y la editorial hicieron que la publicación se suspendiera para, tras un breve periodo de autoedición, recalar en Dark Horse, donde reinició su numeración alcanzando en la actualidad 44 números, un especial titulado Chinatown, una miniserie protagonizada por Carroña y The Goon: Noir, miniserie con historias cortas a cargo de autores invitados como Steve Niles, Guy Davis, Mike Plogg, Kevin Nowlan o Humberto Ramos.
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El Bruto se enfrentará a todo tipo de desquiciados seres en su ciudad |
Galardonada con cinco premios Eisner, el cómic también está siendo adaptado en forma de largometraje de animación, desarrollado por la empresa de efectos digitales Blur Studio y producido por David Fincher (Seven). Un proyecto que de momento se encuentra paralizado mientras se recaudan fondos vía Kickstarter. Mientras ve –ó no- la luz, no hay excusa para dejar escapar un comic que tiene en su falta de pretensiones, su referencialidad y su gusto por el humor cafre y los tortazos la clave de su indiscutible efectividad.
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