Wonder Woman #6

Una de las mejores propuestas de los Nuevos 52

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Se ha hecho de rogar este nuevo tomo de Wonder Woman pero, sin duda, la espera ha valido la pena. Si ya estábamos ante una de las series más interesantes del Nuevo Universo DC, con un trabajo notable por parte del equipo creativo formado por Brian Azzarello y Cliff Chiang, la colección da un importante salto de calidad en este volumen, con dos importantes giros argumentales que ponen a Diana en un importante y nuevo status quo dentro de su particular serie, prácticamente independiente del resto de héroes deceítas.

El magnífico equipo creativo formado por Brian Azzarello y Cliff Chiang nos sigue ofreciendo una de las mejores etapas de Wonder Woman de la historia del personaje

Wonder Woman #6 es explosivo. En una palabra. De principio a fin, Azzarello construye un arco argumental que pone en pie de guerra (nunca mejor dicho) a la Amazona y sus aliados contra todas las fuerzas Olímpicas que le han puesto en jaque en estos meses. El bebé Zeke es el objetivo, con las luchas de poderes por el trono de Zeus como gran escenario de batalla. Todos los contrincantes hacen su jugada: desde Artemisa, pasando por El Primogénito y Cassandra, y terminando por un Guerra cuyo papel resulta impactante para la, por el momento, resolución de la trama. Azzarello no se deja nada en una serie de números cargados de acción y batallas breves pero cada vez más épicas, con un Chiang que se gradúa aquí como maestro de narrar luchas entre seres superpoderosos de manera clara y concisa, sin dejarse un detalle y poniendo siempre el foco de la acción donde se merece.

La adición de Orión y la mitología de los Nuevos Dioses de Kirby es un gran acierto de Azzarello

Entre medias, Orión realiza una nueva aparición colocándose como personaje regular y desvelando nuevos datos sobre los Nuevos Dioses de The New 52. Ha encontrado el guionista un gran filón en El Cuarto Mundo, la obra de Jack Kirby, que encaja a la perfección con la mitología que ha ido creando en la serie y que al mismo tiempo está perfectamente engarzado con el tono casi Vértigo que posee. Orión es un personaje que, como habíamos dicho anteriormente, se parece en carácter a Diana pero cuya falta de templanza le impide emplear inteligentemente su fuerza y sus habilidades en cada momento. Aquí descubrimos su realidad y las cadenas que lo aprisionan, unas cadenas que al mismo tiempo lo acercan al mundo de los humanos y a una alianza natural con Wonder Woman. En este sentido, en el de saber crear una pauta con todos los personajes por diferentes que parezcan, los diseños cada vez más naturales creados por Chiang ganan en relevancia. Y no sólo los de Orión, su familia y su mundo, sino también las nuevas formas que observamos en los Dioses, destacando especialmente Poseidón, al que habíamos podido ver en los tomos anteriores, o la forma final del propio Primogénito, con un aspecto bastante curioso para un cómic de superhéroes, pero que no desentona en absoluto en esta colección.

Chiang demuestra a cada número que es un genio a la hora de planificar sus escenas de acción

Todas las historias además están aderezadas por el humor, muy inglés, muy negro en ocasiones, pero sobre todo sutil, que Azzarello, que ya hizo gala del mismo en su obra cumbre 100 Balas. Un humor que impide clasificar a la serie, convirtiéndola en una mezcla de géneros difícil de encontrar en un cómic de superhéroes en la actualidad. Azzarello ha roto con todo lo que conocíamos sobre Wonder Woman, aunque para ello haya tenido que obviar muchas de las historias pasadas del icono de la editorial. Ha recogido al personaje, lo ha actualizado, y lo ha convertido en el cómic DC a seguir, con una enorme historia río que alcanza aquí su clímax. Por si fuese poco, aún quedan algunas tramas descolgadas por el camino y que ahora, con el nuevo puesto de Diana, serán más fáciles de abordar. Aquí estaremos para leerlo, analizarlo y, sobre todo, disfrutarlo como se merece con todos vosotros.