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La Atalaya del Vigía Comic Digital
REVISTA ESPECIALIZADA EN CÓMIC
"Y mientras Namor tolera muy poco los retardos... Yo por ti, Susan, esperaría eternamente." Namor a Susan Storm / 4 Fantásticos #588
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El villano tras duende

Un artículo de Rodrigo Arizaga Iturralde - Introducido el 09/03/2011
La Atalaya del Vigía

Con la Edad Heroica recién iniciada en nuestro país atrás quedan el Reinado Oscuro y su principal artífice: Norman Osborn. Un personaje que en los últimos años ha sufrido una revisión tan radical como interesante.

Creado por Stan Lee y Steve Ditko como principal némesis de Spiderman, el Duende Verde pronto despuntó entre los villanos arácnidos gracias a tres inquietantes cualidades: astucia, imprevisibilidad (fruto de un estado mental más bien inestable) y conocer la identidad de su enemigo. Un bagaje que terminaría llevándole a las cimas de la supervillanía cuando hizo lo impensable: asesinar a Gwen Stacy. Visto desde la actualidad quizás eso no llame la atención, pero un su momento semejante hecho era algo insólito que supuso un hito editorial y un tremendo shock para varias generaciones de lectores. El precio por tal osadía fue su vida, con Osborn cayendo en una trampa mortal preparada para el propio Spiderman.

Osborn se fue llevándose consigo la etiqueta de gran villano y dejando una vacante que Marvel intentó llenar como pudo (un segundo Duende Verde encarnado por su hijo Harry, el personaje de El Duende…) sin conseguirlo. Aunque tras la resurrección de Jean Grey la muerte en el cómic (y más en el de superhéroes) perdió toda credibilidad la editorial se resistió a recuperar al personaje. No hasta que llegó a su momento más bajo. El regreso de Norman Osborn fue el colofón a ese cúmulo de desastres en el que se convirtió la Saga del Clon. El Duende Verde no sólo no había muerto nunca, sino que era el responsable de una ilógica y delirante serie de intrigas bizantinas para destruir a Peter Parker. Con todo, este recurso improvisado fue de lo más salvable de la saga (lo cual da una idea de su calidad). Tras ella, Spiderman hacia borrón y cuenta nueva, recuperando además a su villano por antonomasia. El problema es que nadie parecía que saber hacer con él. Con la excepción de Mark Millar y su Marvel Knights Spiderman, el Duende Verde había dejado de ser el primero para ser uno más.
Al menos hasta que Warren Ellis le puso la mano encima. Encargado de relanzar Thunderbolts, Ellis prescindió de toda la imaginería del Duende Verde para potenciar los rasgos que hicieron destacar al personaje: astuto, obsesivo, inteligente, despiadado, amoral, manipulador. De manera similar al Lex Luthor de DC, este nuevo Osborn tenía muy poco de villano colorido y mucho de político corrupto. Una mente maestra en lugar de un músculo superpoderoso que prefiere atacar en silencio por la espalda y rodea su infamia de una máscara de respetabilidad. Un villano poco vistoso pero enormemente peligroso cuyo mayor enemigo es su propio ego.

Tan exitoso fue el planteamiento de Ellis que Brian Bendis, principal arquitecto argumental de la Marvel, le “robó” la premisa y pasó a convertir al ex-Duende Verde en el epicentro del universo Marvel. Loco pero nunca estúpido, Osborn pasó a convertirse en la fuerza motora editorial, multiplicando exponencialmente sus apariciones y dictando las líneas maestras de Invasión Secreta a Asedio. El resultado fue un personaje fascinante por sus contradicciones al que los autores –en especial el citado Bendis- supieron sacar un partido como jamás había tenido en décadas. El problema es que todo lo que ha ganado Norman Osborn lo ha perdido su alter ego disfrazado y ello lleva a un dilema sobre su futuro. Dado que en la práctica el Osborn de los últimos años es un personaje nuevo, ¿no hubiese sido más honrado crear un nuevo villano y dejar descansar al Duende Verde?

Claro que, por otro lado se hace difícil desdeñar los logros que la visión de Ellis ha aportado al personaje, devolviéndole a primera línea de la infamia ¿Volverá Osborn a ser un villano en mallas situado en la segunda división donde estaba tras su regreso en los 90? Desde luego sería una pena.


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