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Superman: Tierra Uno El origen de Superman según Straczynski
Superman: Tierra Uno USA - 2011 Guionista:J. Michael Straczynnski Dibujante:Shane Davis
Editorial:Planeta de Agostini -
136 páginas - color
Precio:14,95
J.M. Straczynski es un autor interesante. No importa el proyecto en el que se embarque, sus guiones contienen siempre elementos originales y alguna otra vuelta de tuerca inesperada y satisfactoria. Curtido en cine y televisión (suyos son la serie Babilon 5 o el libreto de El Intercambio de Clint Eastwood), Straczynski domina los entresijos de la narración, ofreciendo interesantes cliffhangers y equilibrio entre los diferentes actos de sus guiones. Además, siempre deberemos estarle agradecidos por esa genialidad que es Midnight Nation o los principios de su etapa en Spider-Man, que sólo pueden tacharse de gran trabajo.
Todo ello ha hecho que sea el elegido para lanzar una nueva línea de novelas gráficas ideadas por DC que, a la Ultimate, buscan presentar los orígenes de sus personajes más importantes adaptados a los nuevos tiempos que nos ha tocado vivir. Superman es ahora más parecido a los jóvenes de nuestra época, con un futuro incierto ante él y sin las ideas claras sobre que hacer con su vida. Cuando el escritor nos presenta al protagonista, lo vemos vagando por las calles de Metrópolis y, aunque sus capacidades le permiten conseguir casi cualquier cosa, sin un rumbo fijado.
Teje muy bien Straczynski los pequeños flashes de la infancia de Kal-El desde la difícil decisión de sus padres kriptonianos de enviarlo a nuestro planeta hasta su niñez en la granja de los Kent, sin dejar que estos conocidos aspectos empañen la nueva visión de Clark Kent. La presentación de los secundarios de toda la vida, con Perry White combatiendo desde su periódico contra las nuevas tecnologías, Jimmy Olsen buscando la foto perfecta a riesgo de su vida o Lois Lane repitiendo su papel como la periodista soñada nos entregan divertidos e interesantes momentos que nos recuerdan a sus presentaciones en la famosa película de Richard Donner, aunque remozadas para las nuevas generaciones.
Es, inexplicablemente, cuando el guionista se desmarca más de la historia señalada cuando la trama comienza a perder fuelle. Las diferentes – y, un poco forzadas – razones de la desaparición de Kripton y los combates aéreos sacados de las películas de Michael Bay que adornan el segundo acto del libro parecen sacados de algo totalmente diferente a lo que los autores presentaban en un principio, más escritas para lucimiento de Shane Davis que para el desarrollo de la propuesta.
Las peleas, explosiones y destrucción de esas últimas páginas arrancan al lector de una historia que parecía prometer nuevas lecturas al mito del superhombre y destruyen la emoción real que el escritor había transmitido en el primer acto. Aún así, no es una mala historia de Superman y eso es mucho en los tiempos que corren.
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