Continuidad: Así en la viñeta como en la pantalla
Uno de los elementos más llamativos de la reciente X-Men: Días del Futuro Pasado (2014) es su manejo de la continuidad argumental. Nexo entre la trilogía original y X-Men: Primera Generación (2011), su trama de viajes en el tiempo y paradojas temporales modifica, deshace, arregla y/o complica las tramas de los films anteriores de forma significativa.
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La continuidad fílmica del universo de los mutantes Marvel sufre 'algunos' cambios en la última entrega de la franquicia |
Es algo llamativo porque implica que las adaptaciones de cómics de superhéroes han evolucionado hasta el punto de acabar adoptando una de las características intrínsecas del género: la continuidad. Un arma de doble filo plagada de virtudes y defectos que trae de cabeza a guionistas y lectores desde hace décadas. La diferencia es que el medio cinematográfico implica unos ciclos de desarrollo mucho más cortos debido a factores vitales -la edad de los intérpretes, la tecnología de rodaje, la estética de la época de producción...- y comerciales –las condiciones de contratación, el rendimiento en taquilla, la duración de los derechos...
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Más allá de compartir personaje protagonista, poco tienen que ver las versiones fílmicas de Superman de Richard Donner y Zack Snyder |
Algunos ejemplos recientes han demostrado que es posible esquivar dicho problema mediante la creación de versiones alternativas. Más allá de su material base común, nada tienen que ver el Batman de Chistopher Nolan, el Superman de Zack Snyder o el Spiderman de Marc Webb con los que en su momento presentaron Tim Burton, Richard Donner y Sam Raimi.
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La llegada de un nuevo actor a un personaje ha sido siempre una oportunidad dorada para los temidos reboot |
Pero el universo Marvel cinematográfico iniciado con Iron Man (2008), asentado con Los Vengadores (2012) y planificado en fases de producción cambió eso. La importancia de la continuidad creció exponencialmente no solo en forma de secuelas, sino también con la interrelación progresivamente mayor entre proyectos. Mediante esa concepción, cada película es una pieza de un puzzle coral y la ordenación común de argumentos y personajes tiene un valor añadido que va más allá del título. Pero esa pluralidad tiene otra cara menos agradecida, aumentando la posibilidad de generar confusión y errores a nivel argumental.
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La irrupción de Marvel Studios ha cambiado por completo la continuidad en la gran pantalla con universos, actores y tramas compartidas entre varios films |
El caso de los X-Men cinematográficos es especial pues las siete películas -incluyendo los dos films en solitario de Lobezno- producidas en los últimos quince años han gozado de una única continuidad narrativa. Una minucia en comparación con los cincuenta y un años y miles de historias del cómic pero una proeza en términos cinematográficos. Pese a ello, dicha continuidad no ha estado exenta de incongruencias y problemas, provocados principalmente por los sucesivos cambios de directores y guionistas a lo largo de la saga. Así, y dejando de lado su fidelidad a los cómics y los cambios realizados en su adaptación al cine, la continuidad entre films ha provocado incongruencias referidas a cuando tuvo lugar el primer encuentro entre el Charles Xavier y Magneto y el inicio de su enemistad, si este último ayudó o no a construir Cerebro, cual fue la primera formación de los X-Men, cuando se hizo pública la existencia de los mutantes, que haya distintas versiones no relacionadas de ciertos personajes -Moira McTaggert, Dientes de Sable, Emma Frost- o por qué Xavier vuelve a estar vivo y en silla de ruedas después de los sucesos de X-Men: La Decisión Final (2006).
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Bryan Singer ha iniciado una operación de 'limpiado de continuidad' con su última película estrenada que continuará en X-Men: Apocalypse |
En su regreso a la franquicia Bryan Singer ha querido “despachar” todas las aportaciones ajenas realizadas durante su ausencia, devolviendo las aguas a su cauce inicial de forma un tanto radical y creando cara al futuro no tanto un reinicio como un punto y aparte. Pero si uno revisa detalladamente ese nuevo orden verá que, mientras soluciona ciertas incongruencias, plantea otras. Una disyuntiva a resolver en la futura X-Men: Apocalypse (2016), que cronológicamente conectaría con la fundacional X-Men (2000)… o quizás ya no.
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Warner y DC también quieren unirse a los universos fílmicos compartidos con películas que conduzcan a la megaproducción de La Liga de la Justicia |
La continuidad, esa herramienta que potencia el alcance de las historias al mismo tiempo que pone límites a su libertad creativa, cobra fuerza en el cine de superhéroes. Y los planes previstos para el subgénero (la futura Liga de la Justicia de Warner/DC, spin offs sobre villanos de Spiderman, futuras películas sobre X-Force, Masacre y Lobezno) indican que está aquí para crecer y multiplicarse como hizo en los cómics. Sin embargo, esa inercia acabó llevando a un punto de saturación y la necesidad de cortar por lo sano mediante un reinicio global. ¿Puede el cine soportar un equivalente a Crisis en Tierras Infinitas? Y de tener que realizarse ¿Supondría la renovación del superhéroe cinematográfico o el último clavo en su ataúd?
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