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Coleccionable Spiderman #1: Tormento Comic Digital
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Coleccionable Spiderman #1: Tormento

Los viejos nuevos tiempos

Un artículo de Rodrigo Arizaga Iturralde - Introducido el 01/08/2014

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La saga Tormento, recogida íntegramente en este tomo, supone guste o no un capitulo fundamental en la historia del cómic norteamericano. No por su calidad artística o por su importancia argumental, sino por ser la consagración de una polémica etapa en la industria cuyas consecuencias aún son rastreables en la actualidad.

Dibujante de trazo abigarrado y visualmente impactante, la carrera de Todd McFarlane ascendió como un cohete a raíz de su trabajo sobre el personaje de Spiderman. Rompiendo con el canon gráfico fijado treinta años antes por John Romita, el futuro creador de Spawn rediseñó la estética y personajes de la saga con una aproximación mucho más vistosa. La anatomía retorcida y expresiva del protagonista, los rasgos exagerados y recargados de los villanos, la exuberancia de los personajes femeninos y el tono opresivo de los escenarios se adueñaron del conjunto.

Todd McFarlane se graduó a autor completo con esta primera saga del título arácnido sin adjetivos


Convertido en un fenómeno de ventas, el siguiente paso de McFarlane fue ejercer como autor completo, llevando las características cada vez más barrocas de su trazo a las historias. Por esa razón esta saga -que supuso su debut como autor completo- parece más una película de terror que un cómic de superhéroes. Tormento narra el enésimo enfrentamiento entre Spiderman y el Lagarto pero no se parece a ningún otro anterior. El tono opresivo y deprimente de la trama y la personalidad salvaje e inhumana del villano dan un tono nihilista al resultado, rematado con una cruda estética llena de sangre y humedad.

Villanos deformes, malrollismo desencadenado y oscuridad gótica se dan cita en Tormento


Libre de las indicaciones de terceros, McFarlane elabora la historia como una orgía de recursos gráficos, llevando su estilo al extremo. Las ilustraciones a toda página se alternan con complicadas composiciones de viñetas que rompen con las directrices académicas. Recursos como planos detalle -casi siempre llenos de elementos escabrosos-, el uso efectista de las sombras y el color digital o diversos elementos visuales -la omnipresente onomatopeya DOOM DOOM DOOM y su estética cambiante- siguen constituyendo uno de los trabajos más elaborados de su autor, primando el impacto visual y la estética sobre la claridad narrativa.

Cualquier fan de Marvel es incapaz de mantenerse impertérrito ante el infame DOOM DOOM DOOM


Pero tamaño arsenal visual no tiene su correspondencia en el plano argumental. Escritor novato al servicio exclusivo de su ego como dibujante, McFarlane elabora un guión con un desarrollo ínfimo más allá de la premisa y plagado de tics que ni siquiera esconden su procedencia ajena. Tormento fusila el tono de pesadilla psicológica de La Última Cacería de Kraven –con alusión directa incluida- pero sin el talento dramático de J.M. DeMatteis. Reproduce de forma mecánica la pasional voz en off y los lapidarios monólogos del mejor Frank Miller. Incluso el famoso DOOM DOOM DOOM tiene su precedente en el trabajo de Walter Simonson.

La descompensación entre el arrebato grafico y lo precario del guión marcan el resultado final, convirtiéndolo en un vistoso ejercicio de estilo e iniciando una etapa creativamente nefasta. Con todo, y a diferencia de posteriores trabajos en la misma línea, Tormento aún conserva una fuerza expresiva que hace de ella una obra de interés.


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