Damian: Hijo de Batman El peso del legado familiar
Damian: Hijo de Batman USA - 2013 Guionista:Andy Kubert Dibujante:Andy Kubert
Editorial:ECC Ediciones -
112 páginas - color
Precio:13,50€
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De entre todas las locas ideas que Grant Morrison puso en práctica durante su estancia en las series de Batman, la más acertada fue recordar un viejo cabo suelto de la continuidad y recuperar al hijo del Hombre Murciélago y la villana Talia Al Ghul. El resultado fue Damian Wayne, personaje de complicada personalidad cuya evolución dio pie a algunos de los mejores momentos de su etapa. Tan efectiva fue la labor de Morrison que incluso se permitió insinuar un posible futuro donde un Damian ya adulto había heredado de su padre el manto del murciélago.
Finalmente, los planes de guionista y editorial fueron otros, pero muchos se quedaron con ganas de saber más de ese hipotético futuro y la forma en que el hijo de Batman llegaba hasta él. Entre ellos estaba Andy Kubert, creador gráfico del personaje, que asume para la ocasión la condición de autor completo. Ajeno a la continuidad y las connotaciones creativas que esta le impondría, Kubert da comienzo a la historia con un suceso que deja fuera de combate a Batman, obligando al protagonista a asumir el manto de su progenitor. El guión hace especial hincapié en la personalidad de Damian y la transformación que sufre su personalidad. En cómo el descaro y los impulsos violentos de su forma de ser chocan con la disciplina y la ética de la nueva identidad que se ve obligado a asumir. Una transición poco modélica que le llevará a enfrentarse con viejos amigos y enemigos por igual.
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El incontrolable Damian Wayne toma el protagonismo absoluto en este tomo gracias al trabajo como autor completo de uno de sus co-creadores, Andy Kubert |
Una pena que, pese a esa sólida línea argumental, el guión quede un tanto deslucido por los detalles. Más allá de trazar la personalidad del su protagonista, la historia carece de una trama sólida sobre la que apoyarse. Los giros argumentales distribuidos en cada capítulo carecen de sorpresa por su falta de desarrollo –el papel de Bruce Wayne, el destino de Alfred, la aparición del Joker- y a ratos uno tiene la sensación de estar más ante un desfile de personajes que Kubert tenía ganas de dibujar que ante una historia con entidad propia.
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La espectacularidad de Kubert convierte el relato en una delicia visual para los amantes del personaje |
Dado el perfil de su autor el dibujo es el área creativa más lograda del conjunto. La expresividad de personajes, el detalle de los ambientes, el dominio de la perspectiva y el ritmo narrativo no desmerecen respecto al nivel de excelencia al que el menor de los hermanos Kubert acostumbra. Además el dibujante insiste aquí en continuar sus experimentos con el color, aplicándolo directamente sobre el lápiz. Una habilidad que ya practicó en trabajos previos (Lobezno: origen, 1602) y con la que consigue resultados cada vez mejores.
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El hijo de Bruce Wayne deberá recuperar Gotham tras un evento que dejará a Batman imposibilitado para defender Gotham |
El resultado es una miniserie de interesante premisa cuyo excelente apartado gráfico no logra compensar un guión bastante plano. Si acaso lo mejor es el provecho que saca de un personaje al que las circunstancias editoriales han convertido en una rareza. Esperemos que los editores se den cuenta de su atractivo potencial y pueda volver con nuevas aventuras. Sean dentro o fuera de la continuidad.
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