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Grandes Autores de Batman: Doug Moench y Kelley Jones - Fundido en Negro Comic Digital
REVISTA ESPECIALIZADA EN CÓMIC
"Lo esencial en un cómic sucede entre las viñetas" Zeina Abirached (Escritora de El Juego de las Golondrinas)
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Grandes Autores de Batman: Doug Moench y Kelley Jones - Fundido en Negro

Dípticos de horror gótico en Gotham City

Un artículo de Javier Jiménez Jiménez - Introducido el 11/08/2014
Grandes Autores de Batman: Doug Moench y Kelley Jones - Fundido en Negro
Grandes Autores de Batman: Doug Moench y Kelley Jones - Fundido en Negro USA - 2014
Guionista:Doug Moench
Dibujante:Kelley Jones
Editorial:ECC Ediciones - 216 páginas - color Precio:21,50€
PUNTUACION
3,5/5
Etiquetas: grandes / / / DC COMICS / Superhéroes / Acción /

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La cantidad de excelentes guionistas y dibujantes que han pasado por un personaje como Batman, icono absoluto del noveno arte gracias a sus 75 años de historia, ha permitido a ECC crear esta colección de tomos de lujo en la que recoger algunas de las más famosas y recomendables etapas y títulos del Caballero Oscuro. Por aquí ya han pasado indiscutibles obras maestras como el tenebroso Asilo Arkham, las sagas de Halloween creadas por Jeph Loeb y Tim Sale, los futuros fascistas y opresivos narrados por Frank Miller, el imprescindible origen del Payaso del Crimen de mano de Alan Moore y Brian Bolland… En otras palabras, obras que deben estar en toda comicoteca que se sienta orgullosa de serlo.

Nos llega ahora una etapa que quizás no llegue a codearse con algunos de los volúmenes antes citados pero que, sin duda alguna, se ha ganado su lugar en la historia del murciélago gracias a sus dos autores principales: Doug Moench y Kelley Jones. Moench es uno de esos guionistas todoterreno curtido en infinidad de obras y conocedor absoluto del medio que labró su carrera con esfuerzo y narraciones oscuras y directas. De su pluma recordamos títulos como Doc Savage, el Motorista Fantasma, Conan y, sobre todo, la creación de ese psicopático Caballero Luna que, junto a Bill Sienkiewicz, convirtió en todo un icono marveliano.

El equipo formado por Doug Moench y Kelley Jones supo dar un toque de horror gótico a las aventuras de Batman


Sin embargo y debido a las consabidas y recurrentes diferencias editoriales, el guionista abandonó Marvel y fue rápidamente fichado por la Distinguida Competencia que, conocedora de su atracción hacia los personajes de psique torturada y lado tenebroso, decidió entregarle la franquicia gothamita. De este modo, el autor formó parte de la editorial en la época en que los grandes eventos estaban a la orden del día y Batman iba saltando de una macrosaga a otra: La Caída del Murciélago, Contagio, Legado, Cataclismo… Todas y cada una, valientes intentos de crear sagas memorables con resultados muy dispares pero un punto en común: la calidad de las aportaciones de Moench al conjunto.

Los villanos se convirtieron en piezas centrales y únicas en las historias de esta etapa del Caballero Oscuro


Un estilo único para el Batman más terrorífico



Por esta razón, la llegada de Kelley Jones a la cabecera Batman supuso todo un acierto por parte de DC. El personal dibujante había desarrollado un estilo único y mutable que no casaba con muchos personajes pero que era, sin duda alguna, perfecto para la tétrica naturaleza de la galería de villanos de Gotham. Nunca antes habían lucido los residentes del Asilo Arkham tan amenazadores e inhumanos –con permiso de los aportes de Dave McKean a la jauría- como en las páginas creadas por Jones. Su continuos cambios en la anatomía de los personajes –a veces, de una viñeta a otra y sin previo aviso-, la originalidad de sus composiciones y la sombría paleta cromática nos sumerge en una realidad en la que el álter ego de Bruce Wayne no es, ni de lejos, la figura más lóbrega.

La mismísima Cosa del Pantano se convirtió en personaje invitado de este tétrico período


Pero todo se quedaría en un cómic perfectamente ilustrado sino fuera por los geniales guiones de un Moench en estado de gracia. Su visión de los villanos, en muchos casos centro completo de la trama y nunca un mero objeto para que Batman se luzca, les confiere una tridimensionalidad sólo vista en las grandes obras del cómic. El autor opta por una narración de historias en dos partes que analizan la realidad de estos seres condenados a ser villanos sin posibilidad de redención –como en el caso de Killer Croc, un ser repelido por su aspecto y forzado al exilio y el crimen por sus iguales- y nos los muestran bajo una nueva luz, quizás muy deudora de sus tiempos como guionista en títulos como Vampirella, Creepy o Eerie… Dípticos de horror pasados por el tamiz del género de superhéroes que son mucho más de lo que muestran a primera vista y que se convierten en una lectura obligatoria para todos los que quieran disfrutar de una gran etapa del Caballero Oscuro.


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