Batman, el Caballero Oscuro: Conspiración

Paranoia entre las sombras

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Aunque nunca ha gozado de la fama de otros cronistas del Hombre Murciélago como Dennis O'Neil, Frank Miller o Grant Morrison, la labor de Doug Moench merece un puesto destacado en la cronología editorial de Batman. Más allá de sus dos etapas en las series regulares, autor y personaje han protagonizado intermitentes encuentros en forma de pequeñas historias como la que nos ocupa. Publicada en las páginas de Legends of the Dark Knight, Conspiración ejemplifica los principales rasgos la visión de Moench sobre el personaje: historias de intriga llenas de elementos sórdidos, ambientadas en escenarios lóbregos habitados por seres retorcidos y cierta predilección por difuminar la línea que separa el realismo de la fantasía más terrorífica.

Elementos sórdidos, personajes retorcidos y una delgada línea entre lo mundano y lo sobrenatural son marcas de fábrica en los relatos de Doug Moench

Una serie de asesinatos rituales en Gotham lleva a Batman a Los Ángeles. Fuera de su ambiente y con la ayuda de la periodista Sharon Kraft, Bruce Wayne se ve envuelto en una trama que incluye bandas de moteros dedicados al narcotráfico, sectas satánicas, agentes del gobierno y asesinatos políticos. Un cóctel explosivo donde nada –ni nadie- es lo que parece, obligando tanto al protagonista como al lector a ir juntando las piezas de la intriga. Moench prefiere apostar aquí por trabajar la ambientación por encima de los personajes, siendo la mayor virtud de su guión la inquietante atmosfera impresa de principio a fin, más próxima al relato de terror que a la intriga del género negro. El relato maneja de forma efectiva una sensación de incertidumbre y la posibilidad intermitente de que, entre un giro argumental y el siguiente, la historia salte a lo sobrenatural.

Un J. H. Williams III primerizo ilustra la historia y adelanta el personal estilo desarrollado en obras posteriores como Promethea, Batwoman o Sandman: Obertura

Parte del merito de esa ambientación descansa sobre los lápices de J. H. Williams III. Realizada a mediados de los 90, al Williams de esta obra aún le faltaban varios escalones para alcanzar su actual trono en la industria del cómic norteamericana. Sus planificaciones de página son más académicas y su grafismo es más contenido. Sin embargo incluso en un trabajo primerizo como este pueden rastrearse indicios del talento casi sobrenatural que estaba en desarrollo. Quizás influenciado por la presencia del guionista, Williams calca el grafismo de Kelley Jones –responsable de numerosas historias de Batman junto a Moench-, replicando con efectividad la anatomía angulosa y el constante uso de sombras de dicho dibujante. Desde los callejones de Gotham a las lujosas mansiones de Hollywood pasando por pequeñas localidades rurales, toda la trama goza de un tono adecuadamente tenebroso en sus páginas.

Conspiración peca de una definición de personajes un tanto coja, con elementos como la interacción entre Batman y la ambigua y poco ortodoxa periodista reducidos al mínimo ante la gran cantidad de tramas y la necesidad de relacionarlas. El resultado podría definirse como un delicioso ejercicio de estilo que demuestra la ductilidad del personaje para adecuarse a múltiples modalidades de historia.