Sandman: Revisitando a los Eternos Acompañamos a Morfeo en el viaje que cambiará nuestras vidas
Para todos aquellos que aún no han leído Sandman, es complicado resumir en unas pocas líneas su contenido, personajes o argumento, pero resulta extremadamente fácil recomendarlo sin dudar, ya que se trata de una obra que debe formar parte de la colección de cualquier aficionado al noveno arte. Lo que Neil Gaiman ha conseguido con estos 75 números, que ahora vuelven a ponerse a disposición del lector español en una nueva edición en 10 volúmenes es convertir a los dioses en humanos, con sus pequeños defectos e inseguridades, y permitirnos acompañarlos página a página, en una experiencia irrepetible.
La edición
Aunque para muchos, la edición definitiva de Sandman es la que en Estados Unidos llaman formato Absolute, su elevado pecio, y el gigantesco tamaño de los 4 volúmenes que la componen, hacían complicada su traslación a nuestro país. ECC ha sabido unir la calidad del material original, recoloreado para la ocasión, y extraido directamente de la edición Absolute, y sin embargo, ha optado por fragmentar la obra en los 10 volúmenes de los que se compuso en las primeras ediciones recopilatorias, dejándonos una forma mucho más cómoda de disfrutar de la serie.
Además, ha decidido mantener el precio de 17,95 € para todas sus entregas, más que asequible si tenemos en cuenta su formato en tapa dura, a pesar de que algunos tengan mayor número de páginas, y que a su vez componen una única imagen formada por los lomos de cada uno de los tomos. Una bellísima y cuidada edición que ha provocado que incluso quienes ya poseían el material de otras ediciones anteriores, hayan optado sin duda por renovarlo y comprobar como el recoloreado le ha dado nueva vida a esta obra maestra.
Siguiendo esta estructura, analizaremos brevemente los 10 volúmenes de la colección, recordando así los momentos que han ayudado a convertir Sandman en una de las obras más recordadas por los fans.
1. Preludios y Nocturnos
Los primeros números de la serie necesitaban de la obligatoria presentación de personajes, ya que en DC corrían el riesgo de que el título recordara a los fans más veteranos a otro personaje de la edad de oro de a editorial, por lo que Gaiman optó por mostrarnos un Morfeo preso por error en una polvorienta mansión, que ahora recobra su ansiada libertad, lo que le servirá para devolverlo a su entorno tras años de ausencia, y poder ir explicando poco a poco quienes forman parte de dicho entorno, y la complicada relación existente entre ellos.
El tomo se completa con una historia con sabor a cine de terror y a viejas historias ilustradas por Bernie Wrightson, que tiene lugar en una cafetería donde sus comensales vivirán una historia que muchos aún recordamos estremecidos. Se trata de una mera aproximación a lo que daría de si la serie, con aparición especial de Constantine, y la presentación de personajes luego recurrentes como Caín y Abel, Lucifer o Goldie.
2. La Casa de Muñecas
Sería tremendamente injusto reducir este segundo volumen a un solo ejemplar, pero si entre las historias incluidas en esta entrega se encuentra “el son de sus alas”, no podemos dejar pasar la ocasión. Tras el regreso de su cautiverio, Morfeo se encontrará con su hermana Muerte con la que, sentada en un parque, y mientras ella continúa llevando a cabo su incesante trabajo, pondrán al día su citación familiar. Esta breve sinopsis del número sirve de poco para intentar plasmar las sensaciones que describe su lectura, como el dolor de una madre que pierde a su hijo, la fugacidad del tiempo, y en definitiva, la vida misma, vivida desde el punto de vista de la que se encarga de ponerle fin. Toda una lección de buen hacer con la que Gaiman presentaba al que sería el personaje más recordado de Sandman.
Como decía, sería muy injusto dejar de mencionar las historias de Nada, Miranda o Rose Walker, por no mencionar al Corintio, y a artistas como Malcom Jones III, Chris Bachalo, Mike Dringenberg o Michael Zulli, que ponen su arte al servicio de Gaiman en esta ocasión.
3. País de Sueños
Gaiman aprovecha el lienzo en blanco que supone gozar de una colección mensual sin ataduras, para contarnos una serie de historias autoconclusivas con alma de fábula infantil, que se alejan de la trama principal que supone el reeencuentro de Morfeo con su disfuncional familia de eternos, para dejarnos perlas como “Calíope”, que da una nueva lectura a las historias sobre los autores y sus musas, “Fachada”, en la que conoceremos a Urania Blackwell, una superheroína que anhela el descanso eterno, o “sueño de una noche de verano”, el primer encuentro del autor con el universo de William Shakespeare, destacando sobre todas ellas la fascinante “El sueño de un millar de gatos”. Una colección de historias que nos demostraba que cualquier cosa era posible en esta serie mensual diferente a todas las demás.
4. Estación de Nieblas
Con la serie consolidada como uno de los mejores productos del sello Vertigo, y el reconocimiento constante de crítica y público, Gaiman parecía estar en un momento perfecto, y así lo demostraba escribiendo uno de los más celebrados arcos de la serie. Continuando con la trama central de la colección, nos encontramos con un enfurecido Morfeo, que determinado a liberar a Nada, recorrerá el infierno decidido a pedirle explicaciones al mismísimo Lucifer. Sin embargo, la resolución del conflicto dista mucho del clásico enfrenamiento que suele tener lugar en los cómics, y la respuesta de Lucifer (que aquí obviaremos para mantener la sorpresa) sigue siendo uno de lo más sorprendentes giros jamás leídos. En el apartado gráfico, y junto a autores de la talla de P. Craig Russel o Matt Wagner, brilla con luz propia Kelley Jones, ya que una vez concluida la lectura de este cuarto volumen, resulta imposible olvidar su particular versión del infierno.
5. Juego a ser tú
Gaiman recupera a Barbie, que ya aparecía en el tomo Casa de muñecas, y la hace protagonista del mejor arco de toda la serie, trasladándola de la frivolidad de Nueva York a El Reino, un universo inspirado en el país de las maravillas, donde las reglas del juego han cambiado para siempre, y donde debe aprender a sobrevivir junto a Martin Diezhuesos y otros personajes de cuento. El contraste que Gaiman consigue entre los personajes del mundo real como Wanda, Hazel y Floxglove, que aportan la crudeza del día a día, y los moradores del mundo imaginario que la princesa debe defender del Cuco es memorable, así como el arte de Shawn McManus, sin el que ya no imaginamos este arco argumental, que si bien se aleja de los acontecimientos del anterior volumen, nos deja una inolvidable historia de fantasía como pocas se han escrito.
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