Sandman: Revisitando a los Eternos

Acompañamos a Morfeo en el viaje que cambiará nuestras vidas

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6. Fábulas y Reflejos

De nuevo se reúnen en este volumen nuevas historias autoconclusivas que demuestran la habilidad del autor para moverse en los más dispares escenarios. “La canción de Orfeo”, que nos cuenta de nuevo la historia de amor entre Orfeo y Eurídice, “Termidor”, que nos lleva a la revolución Francesa para contarnos la historia de Lady Constantine, o “Agosto”, que nos traslada a Roma en un relato de emperadores y actores. Destaca sin embargo entre todos ellos “Ramadan”, una bella historia ilustrada por P. Craig Russell, e inspirada en las mil y una noches, que nos lleva a Baghdad. Toda una colección de relatos ilustrados por los habituales Jill Thomson, Bryan Talbot, Shawn McManus o Kent Williams que dejan nueva prueba de la brillantez de la serie.

7. Vidas Breves

A medida que la serie se acerca a su final vamos siendo conscientes del gigantesco tapiz que Gaiman ha ido construyendo con cada nueva entrega. La excusa del viaje que emprenden los eternos en busca de su hermano perdido sirve al guionista para recuperar a personajes como Orfeo, o volver al universo de “Juego a ser tú”, y seguir completando el rompecabezas. Destaca Delirio, y su innegable química con Morfeo. Nunca dos personajes tan opuestos han dado tanto juego, y los diálogos que mantienen sobre los más absurdos temas son dignos de releerse una y otra vez. Jill Thompsom le da coherencia a esta extensa saga como dibujante de todos los episodios, mientras casi sin darnos cuenta, vamos acercándonos al final de esta singular epopeya.



8. El Fin de los Mundos

Como estudiante que ha hecho sus deberes en cada entrega, Gaiman se toma un respiro con una ultima colección de pequeñas historias antes de volver a los eternos y cerrar ara siempre las historias que ha ido construyendo. Para ello, le acompañaremos a la taberna del fin de los mundos, donde la moneda de cambio son las historias, y donde una extraña tormenta interdimensional ha logrado congregar a un grupo de dispares personajes que van a pasar la tormenta intercambiando historias y experiencias. Con todas las historias entrelazadas entre sí, como si se dejaran paso unas a otras, y con Morfeo como protagonista en la sombra de la mayoría, Gaiman se acompaña de dibujantes como Michael Zulli, Mike Allred o Bryan Talbot, para contarnos pequeñas historias que han hecho de este cómic algo grande.

9. Las Benévolas

Es hora de que Gaiman retome el enfrentamiento final con Las Furias, y aprovechando la extensión del penúltimo tomo de la serie, compuesto por nada menos que 13 entregas, hay tiempo para ir desgranando las consecuencias de muchas pequeñas cosas que han ido sucediendo en las diversas sagas precedentes. Kevin Nowlan, Charles Vess y sobre todo Marc Hempel se encargan de ilustrar esta entrega, donde el Rey del sueño deberá enfrentarse a un destino incierto.



10. El Velatorio

Tras el inesperado desenalace del anterior volumen, y lógicamente, sin desvelar aquí de quién es el velatorio, llega la hora de hacer balance de lo vivido, en este caso por nosotros como lectores, y como pudiera suceder en el mundo real, viejos conocidos dedicarán unas palabras a honrar la memoria del difunto, y aprovecharemos para refexionar sobre lo compartido con él durante su existencia. De esta forma, “El velatorio” se conviere en un agridulce relato en el que sabemos que la historia llega a su fin, pero somos conscientes por vez primera del largo viaje que hemos compartido con los eternos, y del impacto que su lectura ha tenido sobre nosotros.

Cada lectura que realizo de Sandman termina con una sensación de plenitud, de haber finalizado un relato fascinante, bello e irrepetible, y sobre todo, con el convencimiento de que no pasará mucho tiempo hasta que decida volver a sumergirme entre las cálidas páginas que Gaiman nos regaló hace ya más años de los que me gustaría admitir, y que en cada nueva lectura, habrá nuevos pasajes que habían pasado desapercibidos, y que podré descubrir por vez primera.

Este especial está dedicado a mi amigo y compañero redactor Javier Jiménez, un gran conocedor y admirador de Neil Gaiman, quien comparte conmigo la fascinación por Sandman y el rico universo creado a su alrededor.

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