Batman Vs. Depredador Cuando no existe la piedad
Batman Vs. Depredador EE UU - 2008 Guionista:Dave Gibbons, Doug Moench, Chuck Dixon Dibujante:Andy Kubert, Adam Kubert, Paul Gulacy, Rodolfo Damaggio
Editorial:Planeta DeAgostini -
400 páginas - color
Precio:30
Batman se ha enfrentado a lo peor que puede ofrecerle Gotham City y siempre ha salido con buen pie. Sin embargo, cuando la nueva amenaza para la ciudad no llegue desde el Asilo Arkham, sino desde lo más profundo del espacio, el Caballero Oscuro se encontrará al borde de la muerte.
Gran parte de la culpa (si no toda) de la actual fiebre de crossovers, secuelas, precuelas y remakes de Hollywood la tienen los cómics. En sus páginas, este tipo de aventuras resultan más creíbles y, sobre todo, más baratas de realizar, por no hablar del margen de éxito asegurado que tienen ya antes de ser publicadas. Tal es el caso de los enfrentamientos imposibles tipo ‘La Cosa Vs. Hulk’, ‘Robocop Vs. Terminator’, ‘Spiderman Vs. Superman’ o ‘X-Men Vs. Los Nuevos Titanes’, que siempre despertaron un morbo ilimitado entre los lectores.
El salto a la gran pantalla de este tipo de combates era simplemente cuestión de tiempo, hasta el punto de que el nuevo milenio trajo consigo cintas como ‘Freddy contra Jason’ o ‘Alien Vs. Depredador’ (de esta se prepara ya segunda parte). Para aquel entonces, en el mundo de las viñetas el hombre murciélago y la criatura que se las hizo pasar canutas a Arnold Schwarzenegger ya se habían visto las caras en tres ocasiones. A la mítica serie limitada con textos de Dave Gibbons y lápices de los hermanos Kubert (Andy y Adam) —titulada simplemente ‘Batman Vs. Depredador’—, se le unieron dos más: ‘Combate sangriento’ (Doug Moench, Paul Gulacy, Terry Austin) y ‘Lazos de sangre’ (Chuck Dixon, Rodolfo Damaggio). Ni qué decir tiene que la relación entre ambos personajes no fue demasiado cordial. Todo ello se reúne ahora en este tomo formato cartone, acompañado además por sus correspondientes portafolios, portadas originales, artículos y demás extras. En celuloide sería más que arriesgado enfrentar a un justiciero urbano de corte gótico con un depredador intergaláctico, pero el Noveno Arte se lo pudo permitir.
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