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DV8: Dioses y monstruos Religión y superhéroes, por Brian Wood
DV8: Dioses y monstruos USA - 2011 Guionista:Brian Wood Dibujante:Rebekah Isaacs
Editorial:Norma Editorial -
192 páginas - color
Precio:19,00
DV8 nació en 1996 dentro del sello Wildstorm como la alternativa algo gamberra y sádica a los Wildcats de Jim Lee. No por nada, los encargados de sus primeros números fueron el siempre polémico Warren Ellis y Humberto Ramos, que presentaban a un grupo de seres superpoderosos muy alejados de los estándares heroicos. La iniciativa no dejaba de ser divertida y personajes como Threshold, Bliss o Copycat pronto se ganaron el favor del público. La serie duró algo más de 30 números y algún que otro proyecto especial. Ahora, Brian Wood nos trae de vuelta al grupo de inadaptados en una historia magníficamente ilustrada por Rebekah Isaacs.
Se nota que Woods es un autor completo, muy interesante y que ha trabajado en la mayoría de géneros del cómic. Además de realizar trabajos de diseño en cine y libros, es creador de obras de calidad indiscutible como la selección de historias cortas DEMO, la serie histórica que ha redefinido el cómic de vikingos Northlanders o la fábula político-social DMZ, una de las más celebradas series publicadas actualmente por el sello Vértigo.
El problema es que, a pesar de realizar una historia interesante y rica en transfondo y dobles lecturas, la propuesta de Wood se termina tornando algo previsible. Lo que empieza como un misterio en el que los miembros de DV8 no tienen recuerdos de su llegada a un mundo con dos soles, se termina transformando en un preámbulo para algo que podrá llegar o no en el futuro. La interesante propuesta de cómo un mundo prehistórico sin tecnología acoge a seres todopoderosos caídos del cielo y el rol que cada uno de ellos adopta debido a la percepción de los humanos de su supuesta divinidad pierde fuelle conforme avanza su lectura e incluso, se soluciona con una premura inesperada, restando impacto al conjunto final.
No es una mala lectura pero, con un autor del calado de Brian Wood y una ilustradora que realiza un trabajo excepcional como Isaacs, podrían haber conseguido mucho más.
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