Fatale #4: Reza para que llueva

Brubaker y Phillips nos llevan al Seattle más grunge

Fatale #4: Reza para que llueva USA - 2015
Guionista:Ed Brubaker
Dibujante:Sean Phillips
Editorial:Panini Cómics - 136 páginas - color Precio:15,00€

PUNTUACION
4,5/5

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Otra vez se repite la jugada. Cada vez que ve la luz una nueva entrega de alguna de las series firmadas por Ed Brubaker y Sean Phillips nos encontramos con un cúmulo de sensaciones contrapuestas que, por un lado, nos hace disfrutar como nunca de la lectura que tenemos entre manos pero, por otro, sabemos que es un paso más hacia el final de la colección. Ya nos pasó con Sleeper, con Criminal y con Incognito, ¿iba a ser distinto con Fatale? La respuesta es bien sencilla.

Ed Brubaker se acerca al final de su serie en este tomo al tiempo que presenta los últimos misterios de la peligrosa Josephine

La calidad que rezuma cada una de las obras mencionadas está contrastada y aprobada por cualquiera que se haya acercado a alguna de ellas y, como se ha mencionado, cuando se acerca el inevitable final en lo único que podemos pensar es en el siguiente proyecto que tendrán entre manos los autores. A falta del quinto y último volumen de Fatale, ya sabemos que Brubaker y Philips han puesto en circulación The Fade Out (con todos los elementos que caracterizan a los tebeos facturados por el maravilloso dúo) y, como no podía ser de otra manera, la serie ha recibido todo tipo de críticas positivas, así que esperemos ver pronto su publicación en nuestro país.

El arte de Sean Phillips sigue siendo la elección perfecta para esta sórdida y violenta historia

Mientras tanto, Fatale: Reza para que llueva nos hará la espera mucho más placentera. Tras el anterior volumen que nos narraba algunas historias pasadas de la misteriosa Josephine nos llega un nuevo capítulo, esta vez mucho más “contemporáneo”, ya que la acción tiene lugar en Seattle durante la eclosión del movimiento Grunge y de la Generación X, conceptos que nos suenan (mal que nos pese, ya vamos teniendo una edad) de haberlos vivido no hace mucho. Estaba cantado (permítanme el chascarrillo fácil) que la música iba a jugar un papel fundamental en la narración teniendo en cuenta todo lo que significó esta nueva forma de ver la vida.


Nicholas Lash es el líder de una formación musical que no pasa por su mejor momento. Para poder pagar todos los gastos que tiene pendiente se lanza a atracar bancos, actividad de la que consigue salir más o menos indemne. Entre golpe y golpe se topará con una amnésica Jo que, en su línea habitual, hará que pierda la cabeza por ella. ¿Qué consecuencias tendrá la llegada de la bella mujer a la casa que comparten todos los miembros de la banda? Añadan algún que otro asesinato ritual de lo más escalofriante y tendrán la penúltima parada de un viaje apasionante al que le queda bien poco. Brubaker no levanta el pie del acelerador y Phillips dibuja como siempre, lo difícil lo hace fácil. El resultado: todos contentos. Al menos hasta la próxima entrega.