CHEW Vol. 1: A gusto del Consumidor Una receta original con ingredientes de lo más inesperados
CHEW Vol. 1: A gusto del Consumidor USA - 2010 Guionista:John Layman Dibujante:Rob Guillory
Editorial:Planeta de Agostini Comics -
128 páginas - color
Precio:12,95
Últimamente cuesta encontrar propuestas realmente originales y únicas. Quizás sea producto de los tiempos que nos ha tocado vivir a los consumidores de cultura mediática. Hay demasiado producto donde escoger y los controles de calidad no son todo lo rabiosos e infalibles que cabría esperar.
Por eso, cuando algo como Chew llega a tus manos y ves que está creada por un tipo llamado John Layman, en cuyo curriculum encontramos cosas como Dinastía de M: Cuatro Fantásticos o Marvel Zombies – lo siento, los únicos zombies que parecen tener algo que contar son los de Kirkman y los que dieron origen a la fiebre marveliana comecerebros escritos por Millar -, uno abre el tomo con cierto aire de desinterés.
Pero entonces, te encuentras con Tony Chu, un detective cibopático que consigue las pistas de sus casos de lo que come. Con sólo un bocado, sabe dónde ha estado, quién la ha tocado y de dónde viene esa comida. Chu trabaja para la División de Crímenes Especiales de la FDA, organismo gubernamental que investiga los más extraños crímenes del mundo. Y en uno de sus casos y teniendo que luchar contra el reloj para atrapar a un asesino caníbal, Chu toma una decisión tan radical y horrible que cambiará su vida y su don para siempre. Ah, y debido a un brote mundial de fiebre aviar todo el pollo ha sido prohibido por el gobierno y se ha convertido en el equivalente al alcohol en la época de la ley seca, en lo que será seguro una de las líneas argumentales recurrentes de la serie.
Layman, ayudado brillantemente en el apartado gráfico por un gran Rob Guillory, pasa de la comedia negra al horror en cuestión de dos viñetas. Los dos artistas trabajan a la perfección juntos en esta depravada versión del mundo que nos ofrece esta colección. Así que cuando tengas este tomo en tus manos y te dispongas a abrirlo, algo con la seguridad de que vas a disfrutar de una lectura original, salvaje y extrañamente fascinante. Y no comas pollo en una temporada, por lo que pueda pasar…
|
|
|