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La Atalaya del Vigía Comic Digital
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JSA de Geoff Johns: De lo viejo y lo nuevo

Un artículo de Rodrigo Arizaga Iturralde - Introducido el 15/04/2015
La Atalaya del Vigía

De entre los muchos logros que DC puede apuntarse en la historia del cómic está la creación del primer grupo de superhéroes. Desde su aparición en 1940 la Sociedad de la Justicia de America pasó por etapas muy diferentes y se mantuvo -con periodos en el limbo, cambios de continuidad y altibajos editoriales varios- hasta mediados de los 80, donde fue barrida por Crisis en Tierras Infinitas.

Sin embargo, durante los años 90 hubo algunas tentativas de recuperación, siendo James Robinson uno de los más empeñados en la misma. Enamorado de aquellos cómics, echó mano de sus personajes en proyectos como La Edad de Oro, El Regreso de la JSA y Starman.


Su facilidad para retomar conceptos clásicos con un enfoque moderno no pasó desapercibida para los editores, que finalmente accedieron a publicar una nueva serie del grupo. Escribiendo a cuatro manos con el guionista cinematográfico David S. Goyer, en 1999 inauguraron la serie JSA con una primera saga donde la muerte de Wesley Dodds –el Sandman original- a manos del villano Mordru sirve como detonante para la creación de una nueva versión del grupo, donde miembros en edad ya madura –Alan Scott, el Green Lantern original; Jay Garrick, el primer Flash; Wildcat- unen fuerzas con los descendientes y/o sucesores de viejos compañeros -nuevas versiones de Star Spangled Kid, Starman, Atom Smasher, Hourman, Hawkgirl o el propio Sandman-.


A pesar del esfuerzo invertido Robinson abandonó la serie tras esa primera historia dejando su puesto a Geoff Johns, un autor prácticamente novel. Pero este demostró ser un alumno aventajado e hizo suya la propuesta con historias que combinaban tradición y modernidad, poniendo especial énfasis en el concepto de legado y la interacción entre la antigua y la nueva generación. Junto a Goyer primero, y en solitario a partir del #52, Johns elaboró sólidas tramas con sabor clásico por las que desfilaban villanos antiguos –el Ultra-Humanita, Black Adam- y nuevos –Johnny Sorrow, Ruleta-, revisiones de héroes clásicos -Mr. Terrific, Dr. Fate, Johnny Thunder- y personajes veteranos -Hawkman, Shazam, Power Girl-. Asimismo, mientras elaboraba sus propios argumentos, la serie resolvía problemas de continuidad como la venganza del villano Exant tras los eventos de Hora Cero, la complicada cronología de Hawkman y las distintas versiones del personaje ó la contradictoria historia de personajes como Dr. Fate y Power Girl. Historias que se hacían interesantes para veteranos y neófitos por igual.


Por otro lado, y a pesar de tratarse de un grupo de superhéroes, las historias corales cargadas de épica -Robando el Trueno, Reinado Negro- se alternaban con otras de corte más intimo centradas en miembros concretos. La caracterización de personajes, con detalles como la complicada convivencia entre Hawkman y Hakwgirl, el insólito lazo familiar de ambos con el Dr. Fate, la relación de Alan Scott y su hijo Obsidian o el proceso de madurez de los jóvenes Courtney Whitmore y Jakeem Thunder acaban resultando tan interesantes como las grandes hazañas heroicas. La evolución de Black Adam, a quien Johns transformó de olvidable villano a carismático antihéroe quizá sea la que mejor simboliza su buen hacer en dicha área. El apartado gráfico de la serie gozó de un grupo de dibujantes eficaces, siempre al servicio de la historia y con un punto clásico, que incluyen nombres como Sthepen Sadowski, Peter Snejberj, Rags Morales, Leonard Kirk y Don Kramer entre lo más recurrentes.


El beneplácito de crítica y público pronto hizo que la reputación de la serie subiese como la espuma. Puede que la JLA fuese el título puntero o que Superman y Batman acaparasen la popularidad, pero la JSA se convirtió en la columna vertebral del universo DC. Como tal originó series paralelas como JSA: Clasificado y miniseries como JLA/JSA y JSA: All Stars. Tras Crisis Infinita la serie fue renumerada tras el #87 y retitulada como Justice Society of America, pero manteniendo el tono y las tramas originales. Una ambiciosa saga a modo de posible precuela de Kingdom Come supuso la despedida de Johns en el #26, cerrando una espléndida etapa de nueve años que le transformó en un autor imprescindible dentro de la editorial. La actual reedición de ECC supone una oportunidad de oro para recuperar un título que sintetiza lo que debería ser el comic de superhéroes, rejuveneciendo sus raíces y dignificando su potencial.


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