El otro Universo DC cinematográfico
Con las titubeantes cifras en taquilla de Green Lantern y a la espera de la despedida de Christopher Nolan de Batman y lo que haga Zack Snyder con Superman, la versión cinematográfica del Universo DC no está pasando por un buen momento, máxime en comparación con la potente maquinaria de Marvel. Pero los términos de esa comparación se invierten si nos fijamos en el cine de animación. Desde 2007 el sello DC Universe Animated Original Movies viene estrenando en formato doméstico una serie de producciones basadas en sus personajes más famosos y muy por encima de la media.
Viendo la trayectoria previa de la editorial en este campo tampoco es extraño. Comenzando con esa maravilla llamada Batman: The Animated Series y continuando con Batman Beyond, Adventures of Superman o Justice League DC ha sabido crear un público paralelo, formado por una audiencia fiel incluso entre aquellos que no leen cómics. ¿El secreto? Apreciar y respectar el material adaptado, un equipo con talento (Paul Dini y Bruce Timm a la cabeza) y a un gran cuidado en todos los apartados (diseños, música, voces). Ése es el patrón seguido por esta línea de películas aunque con una diferencia: si allí se trataba de adaptar los personajes el objetivo en esta ocasión es el de adaptar historias concretas que por una u otra razón han dejado huella en el mundo del cómic.
La Muerte de Superman fue la primera, adaptando la saga homónima que tiempo atrás Tim Burton intentó realizar en imagen real. A ésta siguieron las adaptaciones de la miniserie DC New Frontier (obra de Darwin Cooke, animador de las series de Batman, con lo que se cierra el círculo), Superman/Batman: Enemigos Públicos (según la historia del mismo nombre obra de Jeph Loeb y Ed McGuinnes), Superman/Batman: Apocalipsis (también sobre una historia de Loeb), JLA: Crisis en Dos Tierras y Superman Viaja al Sol (ambas basadas en trabajos de Grant Morrison y Frank Quitely: JLA Tierra 2 y All-Star Superman), Wonder Woman (inspirada en la etapa de George Pérez), Batman: Capucha Roja (sobre el polémico regreso de Jason Todd) y Green Lantern: Primer Vuelo (con un argumento similar al de la película de imagen real). A estos se añade Batman: Guardián de Gotham, antología de historias en formato anime que sirve de puente entre los dos primeros Batman de Nolan. Asimismo, cada película incluye un cortometraje basado en personajes como Jonah Hex, El Espectro o Green Arrow , reunidos posteriormente en una antología junto al especial Superman/Shazam: el retorno de Black Adam. La calidad de la animación es de primera y el reparto de voces elegido (con conocidos actores de cine y TV) está a la altura. Sin embargo, hay dos defectos que empañan el buen nivel general. El primero –y permisible- es la falta de continuidad en las voces de los personajes de una película a otra. El segundo –más grave- es que el reducido metraje implica en muchos casos reducir los guiones y con ello buena parte de sus virtudes (especialmente en el caso de las dos adaptaciones de Morrison). Pero no hay mal que por bien no venga: en el caso de Batman: Capucha Roja los cambios obligaron a Judd Winnick a alterar su propia historia, dando al argumento una explicación y desarrollo más coherentes e interesantes que en el cómic original.
Pese a los intentos de Marvel de reproducir el mismo planteamiento (Ultimate Avengers, Planet Hulk, Iron Man, Next Avengers), la diferencia es notable. Cara al futuro, junto a Justice League: Doom (según JLA: la Torre de Babel de Mark Waid) esperan turno dos platos fuertes: Batman: Año Uno y Return of the Dark Knight, según sendas obras de Frank Miller. A falta de alegría en imagen real, al menos el fan fatal puede quedarse con un buen sabor de boca.
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